UNA EXPRESION
CORPORATIVA DE DIOS
En Apocalipsis Dios sentado en el trono tiene la apariencia de jaspe (4:3). Luego en 21:18 Juan nos dice que el muro de la ciudad fue hecho de jaspe. Estos versículos nos dicen que la Nueva Jerusalén se parecerá a Dios. La ciudad será una expresión corporativa de Dios.
El hecho de que Dios tendrá una expresión corporativa también se ve en la creación del hombre. Antes de que comenzaran los siglos, Dios nos predestinó para filiación. Luego creó al hombre a Su propia imagen, según Su predestinación, con la intención de que un día este hombre creado sería Su expresión corporativa. Ese día todavía no ha llegado. Cuando se acaben las cuatro dispensaciones —la de los patriarcas, la de la ley, la de la gracia y la del reino— será completa la obra divina de conformarnos a la imagen del Primogénito. Entonces seremos una entidad corporativa viviente que tiene la imagen de Dios.
La Nueva Jerusalén es el conjunto de todos los hijos como expresión corporativa. Es la composición de todos los queridos santos redimidos por Dios en todas las dispensaciones, tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo. Juntos serán los componentes de esta ciudad santa, el conjunto de la filiación divina, y expresarán a Dios corporativamente para cumplir el deseo de Su corazón, según lo indicado en el hecho de que creara al hombre a Su propia imagen. Apocalipsis 21 y 22 son el cumplimiento de Génesis 1:26, es decir, que Dios tenga al hombre que manifieste Su imagen.
(Revelación básica contenida en las santas Escrituras, La, capítulo 11, por Witness Lee)