VI. BUSCANDO LOS HERMANOS
Hoy día en Shangai nosotros debemos prestar considerable atención a ciertos hermanos y hermanas que quieren dejar las denominaciones. Si ellos han visto realmente que la localidad es el terreno establecido por la Biblia, bajo ninguna circunstancia deben establecer otra reunión. Por ejemplo, cuando dejé las denominaciones, no me consideré el primero que dejó las denominaciones. En mi corazón esperaba encontrar a otros que similarmente habían dejado las denominaciones. Si yo fuese a dejar las denominaciones en Shangai, definitivamente iría alrededor para buscar e inquirir si otros hermanos también habían dejado las denominaciones o no. Cuando iba a dejar las denominaciones hace treinta años en Foochow, yo andaba por Foochow buscando hermanos que ya hubiesen dejado las denominaciones. Esto no significa que cuando dejé las denominaciones llegué a ser el cristiano más maravilloso del mundo entero. Pero mi primer pensamiento cuando las dejé fue buscar hermanos. Amar a los hermanos es una disposición natural; buscar hermanos también es una disposición natural. Debemos estar muy felices de estar juntos con los que buscan al Señor con un corazón puro. Algunos hermanos dicen que dejaron las denominaciones, pero su intención fue más la de establecer una iglesia que dejar las denominaciones. Por lo tanto, ellos no buscan a los que ya han dejado las denominaciones. El propósito de muchos es establecer una iglesia ellos solos. Por lo tanto, ellos no sienten la preciosidad de otros hermanos que también han dejado las denominaciones. Pero los que verdaderamente las han dejado, considerarán a todos los hermanos que también las han dejado como adorables y preciosos para ellos. Por eso, hay dos tipos de personas que dejan las denominaciones: El primer tipo son los que verdaderamente dejan las denominaciones; por tanto, buscan estar juntos con los que sirven al Señor con un corazón puro. Los otros son los que dejan las denominaciones porque desean establecer una iglesia ellos solos. Esta misma situación no solamente existe en Shangai, sino también en Tsing-tao, en Peiping y aun en el noroeste. En Shangai, parece ser que nosotros hemos sido más adelantados que otros. Hoy día, ellos no nos buscan, pero tenemos que buscarlos. Ellos tienen el problema del sistema, pero nosotros no podemos tenerlo. Si vamos hoy día a Ping-Liang, Tien-sui o Ti-Hua, debemos tener cuidado de nunca establecer primero una iglesia, sino de buscar a los hermanos.
Si la primera cosa que ustedes hacen cuando llegan a un lugar nuevo es establecer una iglesia, estarán cometiendo el mismo error que algunos de los hermanos en Shangai a quienes acabamos de mencionar. Hay probablemente un grupo de hermanos cuyo terreno no está equivocado, y que van en la mejor dirección. Ustedes no pueden decir que ellos no están familiarizados con la Biblia. Ellos son hermanos cuyo terreno no está equivocado. De todos modos tienen que buscar a los hermanos hasta que realmente no hayan encontrado ni uno; entonces pueden tener un nuevo comienzo. Muchas veces ustedes solamente pueden unirse a otros, y no pueden tener un nuevo comienzo. Bajo ninguna circunstancia deben sentir que unirse a otros es vergonzoso, y que establecer una iglesia es glorioso. Si es así, ustedes solamente pueden culparse a sí mismos, de que no nacieron antes que los apóstoles. A muchas personas les gusta establecer iglesias. Esto no indica que ellas son espirituales, sino carnales.
Por otro lado, es posible que estos hermanos jóvenes que acaban de salir de las denominaciones sean capaces de guiar a otros. Quizás un hermano que fue recibido el sábado anterior haya sido disciplinado por la mano del Señor. Una vez que ustedes le han recibido, es posible que tengan que escucharle el próximo sábado en muchos asuntos, porque su madurez personal no estuvo relacionada con la denominación en que él estuvo. Todo el que tenga una experiencia espiritual verdadera debe ser puesto en el lugar correcto. Y espero que el Señor exponga Su camino más y más ante los hermanos y las hermanas, para que todos los que aman verdaderamente al Señor puedan andar en él.
(
Pláticas adicionales sobre la vida de iglesia, capítulo 3, por Watchman Nee)