3. LA UNIDAD EN LAS ESCRITURAS
Ahora miraremos la tercera clase de unidad, la cual es la unidad en las Escrituras.
La unidad inherente del cuerpo
Las Escrituras nos muestran que la iglesia es el Cuerpo de Cristo y que hay solamente un Cuerpo. Las Escrituras también nos muestran que Dios mediante el Espíritu Santo mora en la iglesia y que el Espíritu Santo es un solo Espíritu. Por eso, las Escrituras prestan atención especial al “un Espíritu” y al “un Cuerpo”. A esto debemos prestar nuestra atención especial.
La iglesia de Cristo es el Cuerpo de Cristo. Si ustedes sólo consideran que ella es la iglesia, es posible que piensen que no importa si está un poco dividida aquí y allá. De nuevo, si consideran que ella es el pueblo de Dios, no les importa si ella está dividida un poquito aquí y un poquito allá. Si consideran que ella es el ejército de Dios, puede que esté bien dividirla un poquito aquí y allí. Una vez más, si consideran que ella es la casa de Dios, tal vez esté bien dividirla en unas pocas casas aquí y unas pocas casas allí también. Pero, ¿qué nos dice también la Palabra de Dios acerca de la iglesia de Cristo? Dice que ella es el Cuerpo de Cristo. Con relación a un cuerpo, esa clase de división es absolutamente imposible. Ustedes no pueden separar tres miembros aquí y cinco miembros allá y otros dos allí. Es imposible. Toda otra cosa puede ser dividida, toda cosa en el mundo puede ser dividida, pero no el cuerpo. Una vez que el cuerpo se divida, se convierte en un cadáver. Una vez que la iglesia está dividida, el mundo tiene solamente el cadáver de Cristo, no el Cuerpo de Cristo. Así Dios nos muestra muy seriamente que la iglesia no puede ser dividida. Los hijos de Dios no pueden dividirse, tal como el cuerpo no puede dividirse. Pero hoy día, los hijos de Dios se han vuelto insensibles a las divisiones y no las consideran un asunto serio. Por favor recuerden: ¡un cuerpo no puede ser dividido! La iglesia es el Cuerpo de Cristo; en naturaleza ella es el Cuerpo, y en ella mora un solo Espíritu. Por lo tanto, la unidad de la iglesia en las Escrituras es la unidad de la naturaleza del Cuerpo, la cual es indivisible.
Hoy queremos hacer una pregunta: Puesto que la Biblia nos muestra que la unidad de la iglesia es la unidad del único Espíritu Santo que mora en el único Cuerpo, ¿cómo entonces puede ser expresada?
No una sola iglesia, sino siete candeleros de oro
La Iglesia Católica Romana nos dice que puesto que el Cuerpo de Cristo es uno, debemos organizar solamente una iglesia en la tierra. Ya hemos visto que ésta no es la enseñanza de las Escrituras. Las Escrituras dicen que el Cuerpo de Cristo es uno, pero nunca requieren que la iglesia en la tierra se haga una sola iglesia como la Iglesia Católica Romana. De otro modo, la palabra “iglesias” es un gran error y las Escrituras no deberían haber contenido tal término. Ustedes no pueden decir iglesias y también decir una sola iglesia. Puesto que las Escrituras dicen “iglesias”, sabemos entonces que Dios no tiene ninguna intención de unir a todas las iglesias sobre la tierra en una sola iglesia. Además, los apóstoles en la Biblia nunca organizaron una sola iglesia. Lo que ellos establecieron en muchos lugares fueron las “iglesias”, y establecieron una iglesia en cada ciudad. El Espíritu Santo no los guió a establecer una sola iglesia. Esta es solamente la opinión de la Iglesia Católica Romana, y la unidad del catolicismo romano, la cual es fabricada por el hombre y no es bíblica.
No solamente esto; miremos las Escrituras otra vez. La iglesia que vemos en esta tierra es la apariencia exterior de la iglesia, la cual tal vez esté equivocada. Puede que no sea fácil entender mediante la apariencia exterior si la iglesia en la tierra debe ser muchas iglesias o una sola iglesia; así que, la mejor forma es ir ante el Señor y ver cómo el Señor mira las iglesias en la tierra. Eso no puede estar equivocado. ¡Gracias a Dios! Nosotros vemos en las Escrituras que la iglesia en cada localidad tiene un representante delante del Señor. Esto es lo precioso de Apocalipsis capítulos uno, dos y tres, los cuales nos muestran las “siete iglesias en Asia”. Esto no significa que existía solamente un total de siete iglesias en esta tierra, sino que estas siete fueron puestas allí como ejemplos representativos. Apocalipsis 1, 2 y 3 nos muestra cómo las siete iglesias en Asia estaban delante del Señor en el cielo. Había siete candeleros de oro puestos delante de El. ¿Ven ustedes? Puede ser que las iglesias en la tierra estén equivocadas, totalmente equivocadas, pero las iglesias en el cielo, las iglesias delante del trono, las iglesias delante del Señor, no pueden estar equivocadas. ¡Decir que éstas también están equivocadas es blasfemo y terrible! ¿Cómo eran las siete iglesias en Asia ante el Señor? Ellas eran los siete candeleros de oro. En otras palabras, por cada iglesia en la tierra hay un candelero de oro en el cielo. Estas siete iglesias estaban en siete localidades diferentes: Efeso era una localidad, Esmirna era una localidad, Pérgamo era una localidad, etc., un total de siete localidades. Debido a que había siete iglesias en la tierra, había siete candeleros en el cielo. Por lo tanto, no es la voluntad de Dios unificar a las iglesias en una iglesia. Si fuese la voluntad de Dios unificar en una a todas las iglesias de la tierra, entonces Dios en el cielo podría tener solamente un candelero y no siete. ¡Hermanos! Esto está muy claro. Ustedes deben pensar; ¡que el Señor les motive a pensar! si solamente pensaran un poco, sabrían que si el Señor tiene solamente una iglesia en la tierra, El puede tener solamente un candelero en el cielo. Pero hay siete candeleros, y ellos son siete iglesias en siete localidades. En cada localidad hay un candelero. Es obvio para nosotros que el propósito de Dios no es unificar a las iglesias en una iglesia.
El término “candelero” nos es muy familiar; se encuentra también en el Antiguo Testamento. En el Antiguo Testamento era un candelero con siete brazos que estaba situado delante de Dios, significando que todos los israelitas estaban unidos como una nación. Dios no quería que la nación de Israel fuese dividida en dos naciones. La división entre las naciones de Judá y de Israel no agradó a Dios, porque ante Dios ellos eran uno. Dividirles en dos es pecado. Pero en el Nuevo Testamento no es uno; no es un solo candelero con siete brazos, sino siete candeleros diferentes. En otras palabras, al principio la intención original de Dios respecto a la iglesia era tener a las iglesias respectivas delante de El independientemente.
¿Ven ustedes? No es un solo candelero con siete brazos, sino siete candeleros. Ellos estaban puestos allí uno por uno, y el Señor caminó entre ellos. Si fuese un solo candelero con siete brazos, el Señor no podría caminar entre ellos. Por lo tanto, en la realidad espiritual son siete diferentes candeleros ante Dios, no siete candeleros unidos para ser un candelero. Esto significa que Dios no tiene la intención de unir a las iglesias en la tierra para que sean una iglesia. Dios nunca tuvo semejante intención.
En otras palabras, la voluntad firme de Dios concerniente a la nación de Israel es diferente de aquella concerniente a la iglesia. La voluntad firme de Dios concerniente a Israel es que éste sea una sola nación en la tierra y no dos naciones. Al mismo tiempo, Dios designó solamente un lugar en el cual toda la nación de Israel debía adorar, el cual fue Jerusalén. El pueblo de Israel tenía que ir a Jerusalén cada año y no a ningún otro lugar. Ellos levantaron Betel, pero eso no fue agradable a Dios. Ese era un lugar alto y no el centro que Dios había escogido. Hoy día Dios no desea que las iglesias en la tierra sean unificadas y que tomen a Roma igual que a Jerusalén como centro. Hoy día, son siete iglesias diferentes. Por lo tanto, la unidad del Cuerpo de Cristo no significa que las iglesias en la tierra sean formadas en una sola iglesia. La Biblia no puede contradecirse. La Biblia nos muestra que hay solamente un Cuerpo de Cristo. La Biblia también nos muestra que Dios no desea que las iglesias sean unificadas en una iglesia en la tierra. La unidad que Dios desea no es que las iglesias sean combinadas en una gran iglesia y formadas en una gran unidad.
Estamos estudiando este asunto paso a paso. Acabamos de ver cómo la Biblia habla concerniente al Cuerpo, y cómo habla concerniente a la iglesia. La unidad que se menciona en la Biblia no se refiere a la unidad de una gran iglesia. Entonces, ¿a qué se refiere la unidad del Cuerpo, la cual el Señor desea hoy? Debe referirse a otra cosa. Así que, la unidad del catolicismo no puede aplicarse; no es de Dios. Este es el primer punto.
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Pláticas adicionales sobre la vida de iglesia, capítulo 4, por Watchman Nee)