EL TERRENO DE LA IGLESIA
Y LAS BENDICIONES ESPIRITUALES
Cuanto más claro está el terreno de la iglesia, más ricas son las bendiciones espirituales. Especialmente durante estos últimos dos años, hemos visto que Dios ha bendecido claramente el terreno de la iglesia. Muchos hermanos y hermanas han comenzado a ver la diferencia entre el camino del individualismo y el terreno de la iglesia. Puesto que la autoridad del Espíritu Santo está en todos los miembros, haciendo que sirvan a Dios en coordinación en vez de en actividades individuales, se puede ver la bendición de Dios. En algunas iglesias locales, los miembros se multiplican por dos, por cinco y por diez: todo en múltiples.
Inicialmente en Taipei sólo había unos treinta miembros, pero ahora han aumentado a más de mil. Nosotros enviamos allí a hermanos que han trabajado con mucha diligencia. Dios ha seguido bendiciendo, y los miembros han seguido aumentando. Mientras yo estaba en Hong Kong [en la primavera de 1950—nota del redactor], recibí una carta de un hermano, quien, según mi sentir, sabe lo que es la iglesia debido al incidente que sigue. La iglesia en Taipei esperaba que el hermano Witness Lee se haría responsable de la campaña evangélica de ellos durante el día del año nuevo chino. Después de que se llegó a esta decisión, el hermano Lee descubrió que tenía que reunirse conmigo en Hong Kong para algunos asuntos. Ellos estaban realmente desanimados, pensando que ellos solos no podrían llevar a cabo la campaña. El hermano Lee les dijo: “Para mí, tener a un hermano Lee es solamente tener un hermano más; perder un hermano Lee es solamente perder un hermano”. Si hubiese una iglesia en Taipei, el tener o perder al hermano Lee sería solamente un asunto de tener o perder un solo hermano. Sin embargo, si no hubiese iglesia en Taipei, cuando el hermano Lee no estuviera, la mitad de Taipei no estaría tampoco. No obstante, ¡el resultado de esa campaña evangélica fue maravilloso! Algunos de los hermanos que ustedes pensarían que no podrían predicar el evangelio, lo predicaron, contrariamente a lo esperado. Como resultado, más de 1400 personas recibieron al Señor. En los dos días de reuniones complementarias, hubo 228 bautizados. No importa si un hermano es quitado o añadido, porque allí está la iglesia. Ahora regresaré a lo de la carta de aquel hermano. Me agrada su afirmación: “Creo que si nosotros los hermanos estuviésemos dispuestos a aprender a servir al Señor de una manera coordinada, si hubiese 3000 ó 10.000, podríamos asimilarlos o absorberlos. Cuando la iglesia llega a existir y comienza a funcionar, puede asimilar 500 si llegan 500, y 1000 si llegan 1000. Esta es la iglesia de Dios”.
(
Pláticas adicionales sobre la vida de iglesia, capítulo 1, por Watchman Nee)