Pláticas adicionales sobre la vida de iglesia, por Watchman Nee

4. EL SERVICIO DE TODO EL CUERPO Y LA AUTORIDAD

No solamente necesitamos hoy el gobierno de arriba, sino también el amor fraternal. Yo creo en la autoridad, y también creo en el amor fraternal. Sin la autoridad, la iglesia no puede avanzar. “Has guardado mi palabra”: esto es autoridad. “Y no has negado mi nombre”: esto también es autoridad (Ap. 3:8). Filadelfia tenía estas dos clases de autoridad. Pero Filadelfia misma es el amor fraternal; todos los hermanos se presentaron y sirvieron en amor. Cuando tal día llegue, nosotros empezaremos a saber qué es la iglesia. De otro modo, si la condición presente continúa, seguiremos siendo arrastrados en pos del catolicismo romano y del protestantismo; no sabremos qué son los hermanos de Filadelfia, y no sabremos qué es la autoridad de la iglesia.

Dos caminos: don y autoridad

Creo que estos dos caminos están puestos claramente delante de nosotros hoy. Si entre nosotros el Señor realmente puede quebrantarnos, el camino que teníamos desde hace diez, veinte o treinta años, se invertirá completamente. El concepto de ustedes no puede ser el mismo de antes; tiene que ser quebrado y destruido.

Primero, ustedes no deben utilizar a un hermano si piensan que es útil y excluirle si es inútil. En la iglesia no debe haber ningún miembro que sea excluido. Esto no es el camino tomado por el Señor. Si el Señor va a recobrar Su testimonio hoy, El debe hacer que todos los de un talento se levanten. Todos los que pertenecen al Señor son miembros del Cuerpo. Todos deben levantarse; todos deben funcionar. Si es así, ustedes verán una iglesia. Mientras ustedes están aquí hoy en la montaña y miran alrededor, casi tienen que decir: ¿Dónde está la iglesia? ¿Dónde está Cristo? Parece que el Señor no está aquí y parece que tampoco está la iglesia. Repito, cuando ustedes salgan a la obra nunca desprecien a los de un talento, nunca los reemplacen, nunca los supriman. Tienen que creer en ellos, creer en ellos de corazón. Ustedes tienen que hacerles trabajar. Ya que Dios tiene paz para solicitarles que sean siervos, ustedes también debieran tener paz para solicitarles que sean siervos.

En segundo lugar, en la iglesia no tememos las actividades carnales de ellos. Estos dos caminos —don y autoridad— tienen que ser establecidos en la iglesia. Todos los de un talento deben presentarse para servir, trabajar y llevar fruto. Quizás ustedes pregunten: Si los de un talento se presentan con su carne, ¿qué haremos nosotros? Les digo, la carne debe ser tratada, y la manera de tratarla es usando la autoridad; la autoridad representa a Dios.

Estas son dos cosas totalmente distintas: don es don, y autoridad es autoridad. Los de un talento deben usar sus dones. Y con los que son carnales ustedes deben usar la autoridad. Si un hermano introduce la carne mientras trabaja, ustedes deben decirle: “Hermano, eso no está bien, usted no puede introducir eso. Esta actitud está equivocada. Nosotros no le permitimos que tenga esta actitud”. Cuando hablen con él de esta manera, el próximo día él regresará a su casa; él no hará ninguna cosa jamás. Entonces tendrán que buscarlo y decirle que tampoco puede hacer eso y que todavía debe hacer la obra. Aunque la carne se entremeta otra vez, ustedes todavía deben permitirle que haga la obra, pero deben decirle de nuevo: “Usted debe hacer esto, pero nosotros no le permitiremos que haga aquello”. Siempre usen autoridad para tratar con él.

Esta es una tentación muy grande. Una vez que el Señor usa a los de un talento, la carne de ellos se introducirá inmediatamente; la carne y el talento están unidos. Debemos rechazar la carne, pero tenemos que usar ese talento. La condición de hoy es que nosotros enterramos la carne, ellos entierran el único talento y la iglesia no tiene nada. Esto no puede ser. Tenemos que usar la autoridad para tratar con la carne, pero también tenemos que pedirles que manifiesten el talento. Quizás ellos digan: “Si trabajo, está mal, y si no trabajo, está mal, ¿entonces qué hago?” Ustedes deben decirles: “Verdaderamente, si usted trabaja está equivocado, porque introduce la carne; pero si no trabaja, también está equivocado, porque entierra el talento. El talento debe manifestarse, pero no la carne”.

Si en la iglesia la autoridad puede mantenerse y las funciones de todos los miembros pueden introducirse, ustedes verán una iglesia gloriosa en la tierra y el camino del recobro será fácil. Yo no sé cuántos días más el Señor nos haya dado. Creo que nuestro camino será cada vez más y más claro. Necesitamos dedicar todos nuestros pensamientos y toda nuestra fuerza para que todos los hermanos y las hermanas se levanten y sirven. Cuando aquel tiempo llegue, empezará la iglesia y regresará el Señor. Que el Señor sea misericordioso y lleno de gracia para con nosotros para que podamos salir bien.

(Pláticas adicionales sobre la vida de iglesia, capítulo 5, por Watchman Nee)