EL CRECIMIENTO EN VIDA
La cosa más significativa con la vida es el crecimiento. Si no hay crecimiento, significa que o no hay vida, o que algo está mal. Nosotros necesitamos crecer en vida. En Juan 6:57 el Señor Jesús dijo: “El que me come, él también vivirá por mí”. ¿Ustedes piensan que uno vive sin crecer? Miren a los jóvenes: ellos no solamente viven, sino que también crecen. Mientras uno vive, crece. No solamente debemos vivir por el Señor, sino también crecer por El.
El Señor Jesús también nos dijo en Juan 21:15 que tenemos que alimentar a los corderos. Juntemos estos tres versículos del libro de Juan. Es bastante significativo. “Yo vine para que tengan vida, y la tengan abundantemente ... El que me come, él también vivirá por mí ... Alimenta mis corderos”. Nosotros crecemos por lo que comemos, y también alimentamos a otros con lo que comemos. Comemos a Jesús, y así alimentamos a la gente con Jesús. Jesús es el alimento. El es el pasto verde, el pasto tierno para Sus corderos. Nosotros servimos Jesús a Sus corderos, no con una mera enseñanza o doctrina sobre Jesús. Las meras enseñanzas nunca alimentan a la gente. Nosotros alimentamos a los corderos con el elemento, el ingrediente, de Jesús.
Es por esto que no nos gusta enseñar mucho a la gente, y por qué nos gusta pedirles que invoquen el nombre del Señor. Las madres no alimentan a sus hijos con enseñanzas. Ellas no les enseñan a crecer, pero les ayudan a crecer alimentándolos. Día tras día, tres a cinco veces al día, ellas alimentan a los pequeños. Entonces a causa de ser alimentados, los niños obtienen algo para su crecimiento. Ellos crecen por lo que comen. En la vida de iglesia es lo mismo. Esto no es nuestra fe cristiana; sin embargo, para la práctica correcta y adecuada de la vida de iglesia, debemos tener el crecimiento en vida.
(Especialidad, la generalidad y el sentido práctico de la vida de la iglesia, La, capítulo 5, por Witness Lee)