LA FE
La especialidad de la vida de iglesia es la fe. En el Nuevo Testamento la palabra fe se usa con dos significados diferentes. En primer lugar, significa la acción de creer (Ro. 5:1; Ef. 2:8; He. 11:1). Nosotros tenemos fe en el Señor Jesús, y ésta es la acción de creer. Este es el significado subjetivo de la palabra fe. También está el segundo significado, es decir, el significado objetivo de la palabra fe. Fe usada en esta forma se refiere a las cosas en las cuales creemos, el objeto de nuestra fe, nuestra creencia (Tit. 1:4; Ap. 14:12; 2 Ti. 4:7). Así, cuando decimos que la especialidad de la vida de iglesia es la fe, queremos decir la fe que es el objeto de nuestro creer. Esto es lo que llamamos nuestra fe cristiana. Como cristianos tenemos una fe única.
Pablo dijo que peleó la buena batalla y que guardó la fe (2 Ti. 4:7), y también encargó a Timoteo que peleara la buena batalla de la fe (1 Ti. 6:12). Judas nos dijo que contendamos por la fe que una vez fue entregada a los santos (Jud. 3). La fe mencionada en estos versículos no quiere decir nuestra acción de creer, sino que se refiere a las cosas en las cuales creemos para nuestra salvación. Todos los versículos enumerados al principio de este capítulo están relacionados con esto. Así que la fe es algo único en su género, algo específico, algo especial. Por lo tanto, en la vida de iglesia tenemos solamente una cosa que es específica o especial. Eso es la fe, nuestra fe cristiana, que se compone de las creencias respecto a la Biblia, Dios, Cristo, la obra de Cristo, la salvación y la iglesia.
Respecto a la Biblia
La Biblia es la Palabra de Dios. Creemos que la Biblia, palabra por palabra, está inspirada divinamente por Dios (2 P. 1:21), como el aliento de Dios (2 Ti. 3:16). Los cristianos genuinos no tienen ninguna duda acerca de este punto. Nosotros debemos creer que la Biblia es la Palabra infalible de Dios.
Respecto a Dios
Dios es singularmente uno, pero triuno, el Padre, el Hijo y el Espíritu (Mt. 3:16-17; 28:19; 2 Co. 13:14; Ef. 2:18; 3:14-16; Ap. 1:4-5). La Deidad es distintivamente tres, pero Ellos no son tres Dioses separadamente. En el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento la Biblia nos dice definitivamente que Dios es uno (Dt. 4:35, 39; Sal. 86:10; 1 Co. 8:4; 1 Ti. 2:5).
Entre los cristianos había algunos que creían que el Padre era una Persona, y que el Hijo era otra Persona, pero que el Espíritu era sólo un poder. Otros creen que los Tres de la Deidad —el Padre, el Hijo y el Espíritu— son tres Dioses separados. Estos conceptos, hablando con propiedad, son heréticos. Todos tenemos que creer que, conforme a la revelación divina de la Palabra Santa, nuestro Dios es singularmente uno.
Nosotros solamente tenemos un Dios, quien es triuno. Sin embargo, somos incapaces de definirle totalmente porque nuestra mentalidad es muy limitada. Realmente, no podemos definirnos muy bien ni a nosotros mismos. Sabemos que tenemos un espíritu, un alma, un corazón, etc., pero es difícil definirlos. ¿Entonces cómo podríamos definir al Dios Triuno tan completamente? Sólo podemos creer lo que está revelado claramente en la Palabra Santa, es decir, que Dios es uno pero triuno. Este es el segundo punto de nuestra fe cristiana.
(
Especialidad, la generalidad y el sentido práctico de la vida de la iglesia, La, capítulo 1, por Witness Lee)