Especialidad, la generalidad y el sentido práctico de la vida de la iglesia, La, por Witness Lee

NO EJERCIENDO EL SEÑORIO

En la iglesia nadie debe ejercitar el señorío. Mateo 20:25-28, 23:8-11, y 1 Pedro 5:1-3, 5, revelan que los gobernadores de las naciones ejercitan el señorío sobre el pueblo, pero en la iglesia no hay ejercicio del señorío. Nosotros tenemos el señorío, pero es el señorío del Señor mismo. Nadie en la iglesia, a pesar de cuánta responsabilidad lleve, de cuánta vida ministre a los santos, o de cuánto le haya sido proporcionada la gracia del Señor para la edificación de las iglesias locales, jamás debe ejercitar ningún señorío sobre los demás. Todos nosotros somos hermanos (Mt. 23:8). Ejercitemos solamente la “hermandad”; no ejercitemos ningún tipo de señorío.

Los queridos que toman la iniciativa en todas las iglesias locales, y todos los otros hermanos y hermanas, nunca deben considerar que debe haber algo como un tipo de señorío humano ejercido en las iglesias locales. Nosotros no tenemos ningún tipo de clases en la vida de iglesia. Solamente tenemos una clase, los hermanos. No hay clases altas ni bajas. Yo digo otra vez, uno puede ser usado mucho por el Señor y puede estar lleno de la presencia del Señor, la vida del Señor, el poder del Señor, y aun la autoridad del Señor, pero no debe ejercitar ningún señorío sobre los otros. Ejercitar cualquier tipo de señorío sobre alguien es absolutamente incorrecto. El Señor Jesús dijo: “Cualquiera que desee hacerse grande entre vosotros será vuestro siervo” (lit, Mt. 20:26). El más grande en las iglesias locales es el que es siervo para todos los hermanos. Nosotros no ejercemos el señorío, pero sí tenemos la esclavitud voluntaria. No estamos esclavizados por nadie, pero nos gusta ser un esclavo para todos. Esto es maravilloso, y esto es la vida de iglesia. Nosotros no tenemos ningún amo humano (Mt. 23:8). Solamente tenemos un amo divino, el Señor Jesús.

Ni debemos llamar padre a nadie. Hacerlo así contradice absolutamente la enseñanza del Señor en Mateo 23:9. Solamente tenemos un padre, nuestro Padre en el cielo. No hay rangos en la vida de iglesia. No hay altos ni bajos. Todos están en el mismo nivel y son del mismo rango. Todos somos hermanos.

(Especialidad, la generalidad y el sentido práctico de la vida de la iglesia, La, capítulo 7, por Witness Lee)