LA ACTITUD DE LOS ESCRITORES
DEL NUEVO TESTAMENTO
HACIA LOS DONES
En el Nuevo Testamento vemos los dones, pero tenemos que considerar todo el Nuevo Testamento. En el libro de Los Hechos vemos que Pablo fue poderoso en la curación divina durante su ministerio inicial (Hch. 14:9-10; 19:11-12), aunque él no le dio énfasis, pero en su ministerio posterior cuando su hijo espiritual, Timoteo, tenía una enfermedad del estómago, solamente le dijo que no bebiera agua, sino que bebiera un poco de vino (1 Ti. 5:23). También, la intención de Pablo al escribir 1 Corintios era restringir a los santos un poco, o por lo menos corregirlos, para que usaran las lenguas correctamente (1 Co. 14:6-11, 18-19).
En Efesios, el libro sobre la iglesia, Pablo no dice nada acerca de los dones milagrosos. En el capítulo 4 los dones son personas. Pablo sabía que la mejor forma de edificar la iglesia no era con enseñanzas, ni con los dones, sino por el Espíritu con la vida.
En todos sus últimos libros, 1 Timoteo, 2 Timoteo y Tito, Pablo no dijo ni una palabra acerca de los dones milagrosos. Además, ni Pedro ni Juan dijeron nada en sus libros acerca de los así llamados dones pentecostales. Pablo, Pedro y Juan eran personas llenas de experiencia, pero ninguno de ellos dio énfasis a los dones pentecostales.
(Especialidad, la generalidad y el sentido práctico de la vida de la iglesia, La, capítulo 2, por Witness Lee)