Cristo como el Espíritu en las Epístolas, por Witness Lee

EL ESPÍRITU PARA EL CUERPO DE CRISTO, PRESENTADO EN EFESIOS

Efesios 1:13 y 14 hablan del Espíritu que es el sello y las arras (cfr. 2 Co. 1:22), o podemos decir, el anticipo. Efesios 1:11 dice que fuimos designados como herencia de Dios. Somos la herencia, la posesión y la propiedad de Dios. Por tanto, Dios nos selló con el Espíritu para testificar que somos Suyos. Por otra parte, Dios ha puesto Su Espíritu dentro de nosotros para que sea el anticipo y la garantía de que Dios es nuestro. Ser sellados es evidencia de que somos de Dios, y el Espíritu que es las arras, el anticipo, garantiza que Dios es nuestro.

El versículo 18 del capítulo 2 dice de los creyentes judíos y gentiles: “Por medio de Él los unos y los otros tenemos acceso en un mismo Espíritu al Padre”. El Espíritu es revelado en Efesios como el Espíritu que une, puesto que este libro trata del Cuerpo de Cristo. En el Cuerpo, el Espíritu es el Espíritu que une.

En Efesios 3, el Espíritu es el espíritu que fortalece, el Espíritu que nos fortalece en nuestro hombre interior (v. 16), y en el capítulo 4 el Espíritu es, de nuevo, el Espíritu que une (vs. 3-4). El versículo 23 dice: “[Que] ... os renovéis en el espíritu de vuestra mente”. Éste es el espíritu regenerado de los creyentes, el cual está mezclado con el Espíritu de Dios que mora en nuestro interior. Por tanto, en este versículo queda implícito el Espíritu que renueva (Tit. 3:5). Efesios 6:17 menciona la espada del Espíritu, y esto se refiere al Espíritu que lucha. Efesios menciona el espíritu humano varias veces. En estos versículos la palabra espíritu debe escribirse en minúscula porque se refiere al espíritu humano. Estos versículos hablan de un espíritu de sabiduría y de revelación (1:17), de la morada de Dios en el espíritu (2:22), de la revelación dada a los santos apóstoles y profetas en el espíritu (3:5), de ser llenos en el espíritu (5:18) y de orar en el espíritu (6:18).

Cuando el apóstol Pablo escribió Efesios, él tenía una carga particular que conllevaba cierto entendimiento y concepto. El concepto particular hallado en Efesios es que la iglesia es el Cuerpo de Cristo, el cual está compuesto por muchas personas redimidas, tanto del pueblo judío como de los gentiles. Estas personas redimidas son la posesión, la propiedad y la herencia de Dios, así que Él puso el Espíritu como Su sello en ellos. En tiempos antiguos Dios prometió que Él les daría Su Espíritu a Sus redimidos. Ahora este Espíritu se nos ha dado por sello para comprobar y testificar que todos los redimidos son la herencia de Dios. Este sello no es nada menos que Dios mismo. Por otra parte, el sello que Dios les pone a Sus redimidos llega a ser las arras, un anticipo, una entrega inicial, un depósito, que garantiza que Dios es nuestro disfrute y nuestra posesión. Como sello y anticipo este Espíritu une a todos los redimidos juntamente y los hace el Cuerpo de Cristo, del cual son miembros. Él también nos fortalece en el interior, nos renueva y nos llena con Él mismo. Luego el andar diario de los redimidos procede de este proceso de llenarnos, y Él llega a ser el Espíritu que lucha y que nos equipa para luchar la batalla por Dios en el Cuerpo. Si consideramos Efesios con este punto de vista, este libro llegará a ser nuevo para nosotros.

(Cristo como el Espíritu en las Epístolas, capítulo 5, por Witness Lee)