Estudio-vida de Efesios, por Witness Lee

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EL HOMBRE ES UN CAMPO DE BATALLA

Dios vino al hombre para forjarse en él, pero no en el hombre que El creó originalmente, sino en el hombre en quien Satanás se había inyectado. Debido a que tanto Satanás como Dios están en el hombre, éste se ha convertido en un campo de batalla entre Dios y Satanás. Originalmente la lucha entre Dios y Satanás se libraba en el universo, pero ahora está dentro del hombre. ¿Sabía que usted es un campo de batalla en el que combaten Dios y Satanás? Como cristianos, se libra en nosotros una constante batalla. El factor de la muerte pelea contra el factor de la vida, pero el factor de la vida derrota, somete y absorbe el factor de la muerte.

El uso de antibióticos es un ejemplo de esto. Cuando el antibiótico entra en el cuerpo, lucha contra los microbios. Jesucristo es el mejor antibiótico. Desde el día en que lo recibimos, se libra constantemente una batalla dentro de nosotros. Día tras día, Cristo, el antibiótico celestial, mata los microbios. Debido a que el veneno mortal se inyectó en nosotros, nos desplomamos. Pero cuando Cristo entró en nosotros, trajo consigo el factor de la vida, y poco a poco comenzamos a levantarnos, no por medio de enseñanzas, sino por ingerir el factor de la vida. Cuanto más vida recibimos, más nos levantamos. No obstante, es posible que después de recibir a Cristo, el enemigo inyecte de nuevo el factor de muerte en nosotros y nos haga caer de nuevo. En esas ocasiones, necesitamos recibir inyecciones adicionales del antibiótico celestial.

(Estudio-vida de Efesios, capítulo 9, por Witness Lee)