Estudio-vida de Efesios, por Witness Lee

Más extractos de este título...

SOMOS HECHOS HERENCIA DE DIOS

Hemos mencionado que el llamamiento de Dios es la suma total de las buenas palabras con las que El nos bendice. Sus bendiciones nos hacen santos y nos constituyen hijos de Dios y herencia de Dios. Así que, seremos un tesoro digno de ser la herencia de Dios. Dios es sublime, grandioso y sumamente precioso; con todo, El nos recibirá a nosotros como herencia. Pero si vemos nuestra condición, nos daremos cuenta de que no somos dignos de que El nos herede. Sin embargo, Dios operará en nosotros y nos hará dignos, preciosos y valiosos; hará de nosotros un tesoro único en el universo y nos recibirá como herencia. Dios nos considera a nosotros, Sus escogidos, Su posesión especial. No obstante, lo único que hará posible que seamos el tesoro de Dios, Su posesión peculiar, es que El opere en nuestro ser. Dios es el tesoro, y como tal, se forja a Sí mismo en nosotros para que seamos Su tesoro.

(Estudio-vida de Efesios, capítulo 17, por Witness Lee)