V. SIN MANCHA
El versículo 4 dice que fuimos escogidos en El para ser sin mancha. Una mancha es como una partícula impura en una piedra preciosa. Los escogidos de Dios deben ser saturados únicamente de Dios mismo, y no deben tener ninguna partícula ajena, tal como el elemento humano natural y caído, la carne, el yo o las cosas mundanas. Esto es no tener mancha, no tener ninguna mezcla, no tener ningún otro elemento que no sea la naturaleza santa de Dios. La iglesia, después de ser plenamente purificada por el lavamiento del agua en la palabra, será complemente santificada de esta manera (5:26-27).
Hoy todavía hay mucha contaminación en nosotros. Conservamos en nosotros muchas partículas ajenas, tales como la carne, el yo y la vida natural. Pero estamos siendo transformados gradualmente y, con el tiempo, seremos tan santos y tan puros que llegaremos a ser personas sin mancha, sin partículas ajenas, y poseeremos únicamente el elemento divino.
(Estudio-vida de Efesios, capítulo 3, por Witness Lee)