EL PECADO, EL YO Y EL MUNDO
Dos grandes problemas que enfrentamos son: el pecado en el cuerpo, y el yo en el alma. Además, como veremos en el siguiente capítulo, existe también el problema del mundo que nos rodea. Estos tres elementos —el pecado, el yo y el mundo— son las tres cuerdas de un lazo muy fuerte que nos ata. Nadie puede liberarse por sí mismo de ésta atadura, de este lazo compuesto por el pecado, el yo y el mundo.
Los cristianos tal vez hayan visto claramente lo que es el pecado, pero muy pocos tienen claridad con respecto al yo y al mundo. En su experiencia, una de estas cuerdas —el pecado— ha sido rota, pero las otras dos —el yo y el mundo— aún no han sido cortadas. Por consiguiente, todavía se encuentran bajo la atadura del yo, internamente, y del mundo, externamente. En este capítulo veremos que la cuerda del yo debe ser cortada, y en el siguiente capítulo, veremos que la cuerda del mundo también necesita ser cortada. Sólo cuando todas las cuerdas de este lazo que nos ata hayan sido cortadas, seremos completamente libres.
(Visión celestial, La, capítulo 4, por Witness Lee)