SATANAS, LA MENTE, EL YO Y LA VIDA NATURAL
Mateo 16:21 nos dice: “Comenzó Jesús a manifestarles a Sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer muchas cosas de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día”. Cuando Pedro oyó esto, “tomándolo aparte, comenzó a reprenderle, diciendo: ¡Dios tenga compasión de Ti, Señor! ¡De ningún modo te suceda eso!” (v. 22). Jesús se volvió y le dijo a Pedro: “¡Quítate de delante de Mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mente en las cosas de Dios, sino en las de los hombres” (v. 23). Entonces Jesús les dijo a Sus discípulos: “Si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque el que quiera salvar la vida de su alma, la perderá; y el que la pierda por causa de Mí, la hallará. Porque ¿qué aprovechará al hombre, si gana todo el mundo, y pierde la vida de su alma? ¿O qué dará el hombre a cambio de la vida de su alma?” (vs. 24-26). La palabra griega que aquí se traduce “vida del alma” es psujé, la misma palabra que se traduce “alma”. Siempre que el Nuevo Testamento habla de la vida divina, la vida eterna o la vida de Dios, usa el término griego zoé; pero cuando habla de la vida anímica o la vida del alma, usa la palabra psujé.
En estos versículos hay cuatro cosas íntimamente relacionadas: Satanás, la mente, el yo y la vida natural. En la primera parte del versículo 23 Jesús le dijo a Pedro: “¡Quítate de delante de Mí, Satanás!” y luego siguió hablando acerca de la mente: “...no pones la mente en las cosas de Dios, sino en las de los hombres” (v. 23b). Después de esto se hace referencia al yo con la frase “niegúese a sí mismo” en el versículo 24, y finalmente la vida natural en los versículos 25 y 26, la cual es llamada “vida del alma”. La vida anímica o natural es nuestro yo, el cual se localiza en la mente; y ésta se halla ocupada por Satanás.
(Visión celestial, La, capítulo 4, por Witness Lee)