NO ESTORBAR LA VOLUNTAD
DE DIOS EN NOSOTROS
Ciertamente no es necesario preocuparnos tanto por las cosas que necesitamos para nuestra existencia. Por ejemplo, en lugar de estar preocupados por la comida, simplemente debemos alimentarnos con la finalidad de vivir para el propósito de Dios. Entonces podremos decir juntamente con Pablo que: “La comida para el vientre, y el vientre para la comida; pero Dios reducirá a nada tanto al uno como a la otra” (1 Co. 6:13a). No debemos preocuparnos tanto por la comida. Nuestras facultades y capacidad humana no tienen como fin buscar la comida, sino agradar a Dios. Para nosotros, comer no constituye un elemento del mundo, sino una de las cosas terrenales que son necesarias para nuestra existencia. El comer no debe frustrar la voluntad de Dios en nosotros ni impedirnos efectuar Su voluntad.
Debe ser lo mismo con el matrimonio, el vestido, la vivienda y el transporte. El matrimonio es necesario para nuestra subsistencia en la tierra. Si bien es cierto que necesitamos del matrimonio, no debemos ocuparnos con él hasta el grado que estorbe la voluntad de Dios en nosotros. De ser así, el matrimonio se convertiría en un elemento del mundo. Del mismo modo, la vestimenta, la vivienda y el transporte también son elementos necesarios para nuestra existencia terrenal, pero si nos preocupamos excesivamente por estas cosas, se convertirán en elementos mundanos.
Nosotros estamos en la tierra por causa de Dios; no del alimento, ni del matrimonio, ropa, vivienda ni transporte. Cualquiera de estas cosas, en cuanto contradiga la voluntad de Dios o impida el cumplimiento de Su propósito, se convierte en un elemento mundano. Ninguna de estas cosas debería obstaculizar la voluntad de Dios en nosotros. Si comer no nos impide hacer la voluntad de Dios, entonces no estamos tomando la comida como algo del mundo. De igual manera, si el matrimonio no estorba la voluntad de Dios en nosotros, entonces, en nuestra experiencia, el matrimonio no es un elemento del mundo. Pero una vez que el matrimonio sea un obstáculo para la voluntad de Dios, llega a ser un asunto mundano. Si los miembros de nuestra familia nos impiden realizar la voluntad de Dios; entonces, conforme a lo dicho por el Señor en Lucas 14:26, deberíamos aborrecerlos. Debemos orar para que nos sea revelada la visión del mundo, y para ser librados de todo tipo de preocupación.
(Visión celestial, La, capítulo 5, por Witness Lee)