Visión celestial, La, por Witness Lee

LIBRARNOS DE LA CAIDA Y VOLVERNOS SENCILLOS

Hoy, cuanto más atención presta la gente a su casa, más caída se encuentra. En este país se dedica excesivo tiempo, dinero y energía a satisfacer la necesidad de vivienda. Mantener una casa moderna exige gran cantidad de tiempo. Esta es una señal evidente de que el hombre es un ser caído. Me preocupa que aun los cristianos dediquen demasiado tiempo a sus casas, a tal grado que tienen muy poco, o nada de tiempo, para orar. Cuanto más somos librados de la caída, más sencillos nos volvemos en lo que respecta a nuestra vivienda. Cuando el Señor Jesús estaba en la tierra, El podía decir acerca de Sí mismo: “Las zorras tienen madrigueras, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar Su cabeza” (Mt. 8:20).

Cuanto más caídos somos, más cosas necesitamos. Por el contrario, cuanto más somos librados de la caída, más sencillos nos volvemos con respecto a lo que necesitamos para nuestra subsistencia. Este es un principio, y es importante que lo tengamos presente. Examinemos el asunto del vestido; las personas mundanas se ocupan demasiado de este asunto y emplean excesivo tiempo y dinero para adornarse. Sin embargo, a una persona salva sólo debe importarle contar con la vestimenta apropiada, limpia y decorosa. El principio es el mismo con respecto a nuestra necesidad de alimentación y transporte. Si observamos la vida del Señor Jesús, veremos cuán sencillo era El con respecto a las necesidades de Su subsistencia humana.

Dios está de acuerdo en que poseamos todas las cosas que necesitamos para nuestra existencia. El preparó el alimento y los insumos que necesitamos para vestirnos, alojarnos y transportarnos. Sin embargo, lo que es indispensable tiene un límite.

(Visión celestial, La, capítulo 5, por Witness Lee)