Visión celestial, La, por Witness Lee

LA ASTUCIA DEL ENEMIGO AL OPONERSE A LA IGLESIA

Una vez que tenemos la visión de Cristo, somos aptos para obtener la visión de la iglesia. No obstante, en cuanto a la iglesia, debemos tener presente que hay un costo requerido. Si no estamos dispuestos a pagar el precio, tal vez nos detengamos en la visión de Cristo diciendo: “Es suficiente conocer a Cristo. El lo es todo. Será mejor no hablar mucho de la iglesia. Basta con hablar acerca de Cristo. Es suficiente predicarles a Cristo a los pecadores y ministrarles a Cristo a los santos. No hay necesidad de hablar de la iglesia”. Este razonamiento es muy sutil, y no es más que un pretexto para no pagar el precio requerido por practicar la vida de iglesia sobre la base de la unidad genuina.

Examinemos las palabras que el Señor dirigió a Pedro en Mateo 16. Inmediatamente después de que Pedro declaró, refiriéndose al Señor Jesús: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”, Jesús le dijo: “Sobre esta roca edificaré Mi iglesia” (vs. 16, 18). Esto indica que tanto el conocimiento de Cristo como la experiencia de El tienen como fin la edificación de la iglesia. Hay algunos que nos condenan diciendo que hacemos demasiado énfasis en la iglesia, que le damos más importancia a ésta que a Cristo. Algunos llegan al extremo de decir que hacemos de la iglesia un ídolo. Tal argumento es demasiado sutil. ¡Cuán astuto es el enemigo! Sabemos que Cristo murió en la cruz por la iglesia (Ef. 5:25). Así que, si nosotros nos entregamos por completo a la iglesia, está bien, pues Cristo fue el primero que lo hizo, El fue hasta el extremo por causa de ella.

(Visión celestial, La, capítulo 3, por Witness Lee)