Vida cristiana, La, por Witness Lee

Más extractos de este título...

II. LA MUERTE DE CRISTO ES UNA MUERTE QUE REDIME Y UNA MUERTE QUE LIBERA E IMPARTE VIDA

La muerte de Cristo es una muerte que redime y una muerte que libera e imparte vida. La muerte que redime corresponde al lado negativo. La muerte que libera e imparte vida corresponde al lado positivo. Por consiguiente, la muerte de Cristo es todo-inclusiva.

A. Por el lado negativo

La muerte redentora de Cristo corresponde al lado negativo.

1. Toma medidas en cuanto al pecado

La muerte de Cristo toma medidas en cuanto al pecado. Existen tres aspectos relacionados con el hecho de que Él tome medidas en cuanto al pecado.

a. A fin de quitar el pecado que tenemos en nuestra naturaleza

Cristo en Su muerte se hizo cargo del pecado con el fin de quitar el pecado que tenemos en nuestra naturaleza (He. 9:26; Ro. 8:3b). Los hombres son pecadores porque el pecado está en su naturaleza. Un árbol frutal no aprende a llevar fruto. Tal árbol produce fruta espontáneamente debido a su naturaleza. De modo similar, los hombres siempre mienten debido a que el pecado está en la naturaleza de ellos. No existe escuela de capacitación en la cual se le enseñe a la gente a mentir. Los padres pueden encargarles a sus hijos que no mientan, pero los niños mienten espontáneamente de muchas maneras. Los niños no aprenden a mentir. Ellos nacen mentirosos debido a que el pecado está dentro de ellos.

Hebreos 9:26 dice que Cristo “se ha manifestado para quitar de en medio el pecado por el sacrificio de Sí mismo”. Esto se refiere a quitar el pecado que tenemos en nuestra naturaleza. Luego, Romanos 8:3 dice que Cristo, en Su muerte en la cruz, “condenó al pecado en la carne”. Cuando Cristo se hizo carne, según Romanos 8:3, Él estaba en la semejanza de carne de pecado, pero no tenía el pecado de la carne (2 Co. 5:21; He. 4:15). En cambio, nuestra carne sí es carne de pecado. Nuestra carne está constituida de pecado; es carne pecaminosa. Por medio de la crucifixión de Cristo en la carne, Dios condenó al pecado, el cual había sido introducido por Satanás en la carne del hombre, es decir, en la naturaleza del hombre.

b. A fin de llevar nuestros pecados

Cristo murió en la cruz a fin de para llevar nuestros pecados (He. 9:28; 1 Co. 15:3; Mt. 26:28). Éstos son los pecados inherentes a nuestra conducta o comportamiento, no los pecados inherentes a nuestra naturaleza. Hebreos 9:26 habla de cómo la muerte de Cristo tomó medidas en cuanto al pecado inherente a nuestra naturaleza, mientras que el versículo 28 habla de cómo la muerte de Cristo tomó medidas en cuanto a los pecados inherentes a nuestra conducta o comportamiento. En 1 Corintios 15:3 dice que Cristo murió por nuestros pecados y Mateo 26:28 dice que Su sangre fue derramada para el perdón de nuestros pecados.

c. A fin de quitar el pecado en su totalidad

Juan 1:29 dice: “¡He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!”. Esto se refiere al pecado en su totalidad. Cristo murió a fin de quitar el pecado en su totalidad.

Cuando definimos cómo la muerte de Cristo toma medidas en cuanto al pecado, tenemos que abarcar los tres puntos antes señalados así como todas las referencias bíblicas relacionadas.

(Vida cristiana, La, capítulo 6, por Witness Lee)