Vida cristiana, La, por Witness Lee

Más extractos de este título...

I. LA VIDA CRISTIANA ES EL VIVIR DEL DIOS TRIUNO PROCESADO COMO EL ESPÍRITU CONSUMADO EN LOS CREYENTES

En este mensaje queremos ver que la vida cristiana es el vivir del Dios Triuno procesado como el Espíritu consumado en los creyentes. Si conocemos a Dios solamente de una manera objetiva, no sabremos que Dios es el Dios Triuno procesado como el Espíritu consumado. Pero si hemos tenido la experiencia subjetiva de Dios como el Espíritu, entonces sabemos que Dios hoy es el Dios procesado.

Es posible que tengamos la seguridad de que Dios es nuestro Padre y que el Espíritu mora en nosotros. Sin embargo, ¿cómo puede el Dios Triuno ser nuestro Padre, y cómo puede el Espíritu morar en nosotros? Hoy en día nosotros, los cristianos, tenemos a Dios que es nuestro Padre y al Espíritu que mora en nosotros, debido a los procesos por los cuales pasó el Dios Triuno a fin de impartirse en nosotros.

El Dios Triuno —el Padre, el Hijo y el Espíritu— pasó por los procesos de encarnación y vivir humano. El Dios Triuno tuvo que encarnarse y vivir en esta tierra por treinta y tres años y medio, de tal manera que Dios pudiera ser nuestro Padre y que el Espíritu pudiera morar en nosotros. Luego Él tuvo que pasar por la muerte en la cruz. Si Dios no hubiese muerto por nuestros pecados en la cruz, ¿cómo podría ser nuestro Padre, y cómo podría el Espíritu morar en nosotros? No habría posibilidad de esto.

Además de esto, el Señor pasó al cuarto proceso, el proceso de resurrección. En la mañana de Su resurrección, Él le dijo a uno de los que le amaban: “Ve a Mis hermanos, y diles: Subo a Mi Padre y a vuestro Padre, a Mi Dios y a vuestro Dios” (Jn. 20:17). Después de la resurrección de Cristo, Su Padre llegó a ser el Padre de nosotros, los creyentes. En la noche del día de Su resurrección, Él sopló en los creyentes y les dijo: “Recibid el Espíritu Santo” (v. 22). Él se impartió como el Espíritu en ellos después de ser procesado mediante la encarnación, vivir humano, muerte y resurrección. Mediante la resurrección de Cristo, Dios es ahora nuestro Padre y el Espíritu mora en nosotros.

Nuestro Padre es el Dios Triuno procesado, y el Espíritu que mora en nosotros es el Espíritu consumado. Juan 7:39 dice que aún no había el Espíritu, porque Jesús no había sido aún glorificado. Antes de la glorificación de Jesús en Su resurrección (Lc. 24:26), el Espíritu aún no era, es decir, Él aún no había sido consumado; aún no había sido completado. Para que el Espíritu del Dios Triuno entrara en nosotros, existía la necesidad de una consumación. Él necesitaba ser consumado para llegar a ser el Espíritu vivificante (1 Co. 15:45), es decir, el Cristo pneumático. Luego este Cristo pneumático, este Espíritu vivificante, pudo llegar a ser el Espíritu que mora en nosotros.

La vida cristiana consiste en vivir al Dios procesado, quien es el Espíritu consumado. Esto corresponde a nuestra experiencia. ¿Cuál es la diferencia entre nosotros y los incrédulos? La diferencia es que nosotros, los creyentes, tenemos a una persona dentro de nosotros. ¿Quién es Aquel que está en nosotros? Él es el Dios Triuno procesado como el Espíritu consumado. El Dios Triuno fue procesado para ser el Espíritu consumado a fin de vivir en nosotros, los creyentes en Cristo.

(Vida cristiana, La, capítulo 17, por Witness Lee)