Vida cristiana, La, por Witness Lee

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II. SANTIFICA A LOS PECADORES DURANTE EL PROCESO EN EL CUAL SE ARREPIENTEN Y CREEN EN CRISTO ANTES DE QUE SEAN REGENERADOS

La segunda función del Espíritu todo-inclusivo es santificar a los pecadores durante el proceso en el cual se arrepienten y creen en Cristo antes de que sean regenerados (1 P. 1:2a). Convencer a la gente es santificarla, y santificarla es separarla. Los Estados Unidos son como un gran océano lleno de toda clase de peces, de toda clase de personas, que debemos pescar, pero no sabemos cómo convencerlas. No conocemos la “tecnología alta” de predicar el evangelio. El apóstol Pablo tenía muchas maneras distintas de convencer a la gente. Una vez que un hombre es convencido, es separado; ser separado es ser santificado.

La santificación de Dios, mediante Su Espíritu, que se lleva a cabo en Sus escogidos, consta de dos secciones. La primera sección se efectúa antes de que nos arrepintamos y creamos, y la segunda sección se lleva a cabo después de nuestra regeneración. La primera sección de la santificación que Dios el Espíritu efectúa es parte de convencernos. Esto corresponde a la búsqueda que la mujer, representando al Espíritu, realiza en Lucas 15:8-9. Muchos misioneros viajaron a otros países con el propósito de separar personas para Cristo, santificándolas al convencerlas. Muchos chinos eran discípulos de Confucio antes de que los misioneros fueran a China. Su filosofía, su lógica y su entendimiento de la ética se basaban en las enseñanzas de Confucio. Con el tiempo, muchos de los que vivían en la China antigua y conservadora fueron santificados, separados de estar en las enseñanzas de Confucio para estar en el evangelio de Cristo. En 1 Pedro 1:2a se nos habla de la santificación de las personas antes de que crean en Cristo. Antes de que las personas crean en Cristo necesitan tal santificación, tal separación hacia Cristo.

(Vida cristiana, La, capítulo 4, por Witness Lee)