I. LOS TÍTULOS DIVINOS DEL ESPÍRITU
EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
El primer título del Espíritu en el Antiguo Testamento es el Espíritu de Dios. Este título se encuentra en Génesis 1:2. Génesis 1:1 dice que en el principio creó Dios los cielos y la tierra. Luego, el versículo 2 dice que el Espíritu de Dios se cernía sobre la superficie de las aguas de muerte.
El segundo título divino del Espíritu que se ve en el Antiguo Testamento es el Espíritu de Jehová (Jue. 3:10a). En Génesis 1 tenemos el título Dios, pero en Génesis 2 encontramos otro título, Jehová, debido a que en este capítulo Dios empieza a tener contacto con el hombre que Él creó. Por lo tanto, Jehová es un título que se usa para referirse al contacto de Dios con el hombre. Esto denota la relación que Dios tiene con el hombre. Cuando Dios tenía contacto con la gente en el Antiguo Testamento, Él era el Espíritu de Jehová.
Salmos 51:11 e Isaías 63:10-11 se refieren al Espíritu de santidad, pero éste no es un título divino del Espíritu. La versión King James traduce el Espíritu de santidad como el Santo Espíritu. Sin embargo, ésta es una traducción incorrecta. Según el hebreo, “Tu Santo Espíritu” en Salmos 51:11 debe traducirse como “Tu Espíritu de santidad”, y en Isaías 63:10-11 “su Santo Espíritu” como “Su Espíritu de santidad”. La expresión Espíritu de santidad en Salmos 51:11 e Isaías 63:10-11 es una descripción y no un título. No hace referencia a la tercera persona de la Trinidad. El Espíritu de santidad se refiere a la naturaleza y esencia de Dios. Andrew Murray señaló esto claramente. El Espíritu de santidad es una descripción de lo que Dios es.
(Vida cristiana, La, capítulo 8, por Witness Lee)