Historia de la iglesia y las iglesias locales, La, por Witness Lee

LAS LECCIONES ESPIRITUALES QUE EL HERMANO NEE APRENDIO A TRAVES DE SUS SUFRIMIENTOS

En este capítulo queremos empezar a ver las lecciones espirituales que el hermano Nee aprendió a través de sus sufrimientos. Yo estuve con el hermano Nee por un largo período de tiempo. En los primeros años que estuve con él en la obra, especialmente en noviembre y diciembre de 1933 y en enero y febrero de 1934, él pasó muchos ratos conmigo contándome muchas cosas con respecto a la historia de la iglesia, a su propia historia personal, y a la historia de la obra del Señor en China. Su intención, por supuesto, era ayudarme. Me compartió las lecciones que él había aprendido a través de sus sufrimientos. Nunca podría olvidar las cosas que me dijo, pues recibí una impresión muy profunda y mucha ayuda de ellas.

Aprender a vivir una vida de fe al estar en pobreza

Lo primero que el hermano Nee sufrió fue la pobreza. Fue iluminado para ver que a fin de poder cumplir el llamamiento del Señor, él tenía que servir al Señor por fe. Vio que no debía ser empleado por ninguna misión, denominación o persona. Ejercitó una pura y sencilla fe en Dios en cuanto a su sustento (véase Watchman Nee’s Testimony [El testimonio de Watchman Nee], págs. 42-55). Seguí al hermano Nee en 1933 en tomar este camino. Aunque era muy difícil, llegamos a conocer la fidelidad del Señor. La situación económica de China durante ese tiempo no era buena. En tal situación, sufrimos bastante pobreza. A veces, cuando el hermano Nee vivía en Shanghái en los principios de la vida de iglesia, él no tenía nada que comer excepto una pequeña cantidad de pan para todo un día. Esto sucedió muchas veces, y yo y otros colaboradores también sufrimos de manera semejante. A veces no sabíamos si tendríamos nuestra próxima comida. El Señor de veras hizo algunas cosas milagrosas para cuidar de nosotros.

En 1937 el hermano Nee nos mandó un telegrama en el cual nos decía que fuéramos a verlo en Shanghái. En aquel entonces yo había sido asignado a trabajar en el norte de China, y el hermano Nee había convocado una conferencia, que tendría lugar en enero, de todos sus colaboradores para dar los mensajes sobre la vida cristiana normal de iglesia. Después de recibir su telegrama en el cual nos pedía que fuéramos a aquella conferencia, tomamos un tren que tardaba treinta y seis horas en llegar a Shanghái. Viajamos en tercera clase. El departamento de primera clase tenía lugares para dormir, pero nosotros no teníamos el dinero suficiente para pagarlo. El hermano Nee nos recibió en la estación del ferrocarril en Shanghái. Después de la conferencia para colaboradores en Shanghái, yo fui invitado a ministrar en Hangchow. Fui también invitado a ir a Nanking, la capital, y viajé por muchas ciudades. Estuve fuera de casa como dos meses y medio.

Debido a que yo había salido accediendo a la urgente invitación del hermano Nee, no tuve tiempo ni mucho dinero para arreglar algo para mi familia. En aquel entonces teníamos cuatro hijos. Después de tres o cuatro semanas de mi ausencia, a mi familia se le acabó el alimento. Mi esposa y algunos de los niños se arrodillaron y oraron pidiendo alimento para el próximo día. Poco después de que oraron, una hermana de edad avanzada llegó a nuestra casa tarde en la noche. Esta hermana era bien acomodada económicamente, pero no amaba mucho al Señor. Ni siquiera asistía a las reuniones con regularidad. Le dijo a mi esposa que mientras estaba en casa, había algo en su corazón que no la dejaba en paz. Tenía el sentir de que debía llevarle un sobre a mi esposa. Le dio el sobre a mi esposa y salió. En el sobre había dinero suficiente para satisfacer las necesidades de mi familia. Esto es un ejemplo de cómo el Señor suplió nuestras necesidades mientras vivíamos por fe en El.

En la situación económica de China en esos días era muy difícil vivir por fe en Dios, sin ser empleado por alguien. Por toda China el hermano Nee fue el pionero entre nosotros en tomar este camino. El Señor Jesús ciertamente lo necesitaba y lo usó para que abriera el paso y preparara el camino. Luego nosotros seguimos sus pasos. A veces la gente me decía: “Usted es sólo un seguidor de Watchman Nee”. Aunque me decían esto con la intención de ofenderme, yo sentía que era una maravilla y una gloria.

(Historia de la iglesia y las iglesias locales, La, capítulo 6, por Witness Lee)