REACCIONES Y DIVISIONES
Hemos visto que no mucho después de que nació la iglesia, el enemigo del Señor, el insidioso, introdujo tres elementos para dañar la iglesia: la religión, la filosofía y la organización. Tenemos que estar alerta para que estas cosas no se infiltren en la iglesia, porque tales cosas dañan la iglesia a lo sumo. Toda clase de males van a la par con la religión, la filosofía y la organización humana.
A lo largo de los siglos, ha habido aquellos que llaman puritanos quienes siempre reaccionan en contra de las impurezas y las cosas negativas que han sido introducidas en la iglesia. Todos los puritanos estaban en lo correcto al tratar de adentrarse en la reacción de Dios frente a la degradación de la iglesia, pero debido a que no tenían mucha claridad acerca de la iglesia como meta eterna de Dios, cometieron algunos errores graves. La más grande equivocación de ellos fue que su reacción produjo más división. Siempre que hubo una reacción de parte de los puritanos, casi siempre surgió una división. En realidad, casi cada reacción se convirtió en una división. Reacción tras reacción significaba división tras división. Finalmente, la meta de Dios fue dañada. Esta ha sido la razón principal por la cual el Señor no ha regresado. No ha podido volver porque no ha habido nada por lo que El desee volver. A fin de que El regrese, se necesita un puente. Dicho puente es la vida apropiada de la iglesia, que prepara a la iglesia como la novia para Su venida. Pese a que ha habido miles y miles de creyentes verdaderos, se ha visto muy poco de la vida apropiada de la iglesia. En todas las reacciones en contra de la degradación de la iglesia desde el siglo segundo, es muy poco lo que se ha logrado para cumplir el propósito del Señor que es tener la expresión práctica de la iglesia.
(Historia de la iglesia y las iglesias locales, La, capítulo 3, por Witness Lee)