LOS CUATRO AVIVAMIENTOS PRINCIPALES
ENTRE NOSOTROS
Ahora me gustaría compartir algo acerca de los cuatro avivamientos principales que ha habido entre nosotros. Hemos visto que las revelaciones junto con los sufrimientos producen el ministerio. Por el ministerio tenemos la obra, y como resultado de la obra vienen las iglesias. Además de esto, aun en el recobro del Señor, necesitamos avivamientos periódicos. En el recobro del Señor en China hubo cuatro grandes avivamientos claros y definidos.
El avivamiento acerca de
la seguridad de la salvación
El primer avivamiento que tuvimos en China estaba relacionado con el recobro de la verdad en cuanto a la seguridad de la salvación. Robert Morrison fue el primer misionero protestante que fue a China, en los primeros años de 1800. Desde ese entonces hasta que el Señor cautivó al hermano Nee en 1920, la certeza de la salvación no era algo muy claro. El Señor le dio al hermano Nee una clara visión de la seguridad de la salvación. El hermano Nee les decía a las personas que en tanto que creyeran en el Señor Jesús conforme a la enseñanza y revelación de la Biblia, podían tener la certeza de que eran salvos. Muchos fueron avivados por sus mensajes acerca de la seguridad de la salvación. La predicación del hermano Nee dio como resultado un avivamiento en 1923 en su pueblo natal, Foochow.
En aquellos primeros días del mover del Señor en China, el hermano Nee ayunaba y oraba el día entero cada sábado. El me dijo a mí personalmente que él se abstenía de comer durante todo el día y oraba el día entero en preparación para lo que compartiría el siguiente día. Durante un año más o menos, él ayunaba y oraba los sábados y predicaba los domingos. Durante ese tiempo casi todos sus compañeros de estudio fueron salvos. Toda la atmósfera de su escuela cambió. En todos los rincones de esa escuela podía verse estudiantes leyendo la Biblia, orando juntos o teniendo comunión unos con otros.
Durante ese tiempo de avivamiento, el hermano Nee y algunos otros jóvenes con él oyeron que en Nanking, lejos de su pueblo natal, el Señor había levantado a una joven cristiana llamada Ruth Lee. Ella era la redactora de un periódico cristiano muy famoso y difundido llamado La luz espiritual. El hermano Nee y los hermanos la invitaron a que viniera al pueblo de ellos para celebrar algunas reuniones. Ella acordó con ellos venir y decidió hacer el viaje en barco. El hermano Nee se dio cuenta de que como hermana, no se le debía dejar mucho en la vanguardia, a pesar de que él y los otros hermanos eran mucho más jóvenes que ella. El pensó que dejaría a los otros ir al muelle para recibirla y que él no iría.
Esa noche el hermano Nee tuvo un sueño. En Hechos 2 en el día de Pentecostés, Pedro indicó que cuando el Espíritu es derramado sobre las personas ellas soñarán sueños (v. 17). El hermano Nee personalmente me habló de ese sueño, de la misma manera que me relató toda la historia desde 1920 hasta 1932. En ese sueño, él y otros hermanos fueron a recibir a la hermana Lee, y llegó el barco. Mientras él estaba a cierta distancia, vio a una joven que salía del barco hacia las personas que la estaban recibiendo. Entonces el Señor le dijo: “Esta es la colaboradora que he preparado para ti”.
Cuando despertó en la mañana, consideró que esto pudo haber sido un sueño de parte del Señor, así que optó por ir a recibirla. El fue con una actitud vacilante, preguntándose si el sueño provenía del Señor o no. En vez de ir al frente, se quedó atrás. El vio a los jóvenes que corrieron al barco para recibir a la hermana Lee. El no tenía idea cómo era ella, pero era exactamente la misma persona que él había visto en el sueño. Cuando trajeron a él la señorita Lee, él dijo: “Ya la he visto”. Pero ellos no sabían que lo que él quiso decir con eso era que él ya la había visto en un sueño la noche anterior. El no le contó su sueño a la señorita Lee sino hasta cuatro años más tarde en 1927. El Señor arregló un contexto en el cual ella se vio obligada a dejar su obra en Nanking. Entonces vino a Shanghái, y desde entonces trabajó con el hermano Nee.
Las reuniones que el hermano Nee tuvo en Foochow cuando vino la señorita Lee produjeron un gran avivamiento. Debido a que los santos allí no tenían un salón de reuniones grande, terminaron por reunirse al aire libre. Todos los de la congregación traían cada uno su silla. Si alguno no traía silla, tenía que permanecer de pie. Muchos fueron salvos en esa ocasión, y ése fue el primer avivamiento que hubo entre nosotros. Las noticias acerca del avivamiento se difundieron a muchos lugares, y muchos recibieron ayuda al quedar claros en cuanto a la seguridad de su salvación.
(
Historia de la iglesia y las iglesias locales, La, capítulo 9, por Witness Lee)