SEGUNDO NIVEL:
EL GOZO DE LA IGLESIA
Cuando estamos satisfechos en lo profundo de nuestro ser, experimentamos el gozo de la salvación. Después de experimentar el gozo de la salvación, percibiremos que tenemos otra necesidad, y tendremos el deseo de tener comunión con los pámpanos de Cristo, quien es la vid (Jn. 15:1, 5). Si tocamos a Jesús y nos encontramos con Él en la mañana, iremos a la reunión en la noche. Esto es estar en la iglesia. Quienes tienen el gozo de la salvación aún necesitan experimentar un gozo más profundo y más elevado, que es el gozo de la iglesia. Si no vamos a las reuniones para tener comunión con otros pámpanos, el gozo que obtuvimos al momento en que fuimos salvos se debilita, se marchita y desvanece. No obstante, tan pronto como venimos a una reunión de la iglesia y tenemos comunión con otros cristianos, nuestro gozo inicial no sólo regresa, sino que llega a ser más elevado y más satisfactorio de lo que fue en el momento en que fuimos salvos. Esto equivale a ir adelante y experimentar el segundo nivel de gozo: el gozo de la iglesia.
(Era del nuevo hombre, La, capítulo 3, por Witness Lee)