BEBER DE CRISTO
COMO LA ROCA ESPIRITUAL
En Exodo 15 los hijos de Israel disfrutaron las aguas dulces y en el capítulo dieciséis comieron el maná celestial. En el capítulo diecisiete llegaron a un lugar donde otra vez les faltó el agua. Cuando carecían de agua, entre ellos expresaban reprensiones, murmuraciones, quejas y se peleaban (17:1-4). Se enfermaron una y otra vez por no tener agua. Con el tiempo, es posible que en cierta iglesia local la ordenanza de ofrecer alabanzas haya desaparecido. En vez de alabanzas podría haber murmuraciones y críticas. En aquel entonces la iglesia estará enferma. Hoy tal vez tengamos la ordenanza de alabanza, pero más tarde es posible que tengamos la ordenanza de crítica.
Debido a que a los hijos de Israel les faltaba el agua, volvieron a reprender a Moisés y a murmurar contra él: “Así que el pueblo tuvo allí sed, y murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados? Entonces clamó Moisés a Jehová, diciendo: ¿Qué haré con este pueblo? De aquí a un poco me apedrearán. Y Jehová dijo a Moisés: Pasa delante del pueblo, y toma contigo de los ancianos de Israel; y toma también en tu mano tu vara con que golpeaste el río, y vé. He aquí que yo estaré delante de ti allí sobre la peña en Horeb; y golpearás la peña, y saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo. Y Moisés lo hizo así en presencia de los ancianos de Israel” (17:3-6).
Parece que el Señor le dijera a Moisés: “Toma en tu mano la vara y haz algo. Y te he dado el poder, la autoridad. La vara está en tu mano. ¿Acaso no usaste la vara para hacer muchas cosas con Mi autoridad, con Mi poder? Ahora, toma en tu mano la vara y golpea la roca”. Esto indica que Cristo como la roca viviente fue golpeado por el poder de la ley. Moisés representa la ley. Cristo en la cruz fue golpeado por la autoridad, el poder, de la ley. Luego el agua viviente salió de Cristo, la roca herida. Juan 19:34 nos dice que la sangre y el agua salieron del costado del Cristo crucificado. La sangre cumple la redención, y el agua tiene como fin impartir la vida. Cristo como la roca viviente tenía que ser golpeado por el poder de la ley para que el agua viviente pudiera fluir de El.
En cierto sentido, como miembros de Cristo, todos nosotros hemos sido golpeados por el poder de la ley. La autoridad de Dios tiene que subyugarnos. Cristo fue tocado por el poder de la ley, y ahora todos nosotros como miembros de Cristo tenemos que ser tocados por la autoridad de Dios. Entonces tendremos el agua viviente.
En Exodo 15 vemos a Cristo como el árbol y en el capítulo diecisiete vemos a Cristo como la roca. El árbol simboliza al Cristo resucitado, y la roca simboliza al Cristo golpeado y crucificado. Si nosotros que estamos en la iglesia queremos recibir el agua viviente, el agua dulce, el agua que fluye, tenemos que asirnos del Cristo crucificado y resucitado y experimentarle. El Cristo resucitado es el árbol para nosotros, y el Cristo crucificado es la roca para nosotros. En 1 Corintios 10:4 se nos dice que todos los hijos de Israel bebieron de la misma bebida espiritual de la roca espiritual que los seguía, la cual era Cristo.
(Revelación crucial de la vida hallada en las Escrituras, La, capítulo 4, por Witness Lee)