COMER Y BEBER EN LAS EPISTOLAS
Y EN APOCALIPSIS
El pensamiento y el concepto de comer y beber se encuentran no sólo en los Evangelios, sino también en las Epístolas de los apóstoles Pablo y Pedro y en el libro de Apocalipsis. En 1 Corintios 3:2 Pablo dijo: “Os di a beber leche”. Por un lado, la leche es bebida, y por otro, es alimento. La leche consiste de alimento y agua. Es agua que contiene alimento. En 1 Corintios 10, Pablo también habló de beber y comer, aplicándonos el tipo de los hijos de Israel (vs. 3-4, 6).
En Hebreos 5, Pablo dijo a los santos que tenían necesidad de leche y no de alimento sólido, porque la leche es para los bebés, mientras que el alimento sólido es para los maduros (vs. 12-14). Beber es tomar el alimento en forma de líquido, y comer es recibir el alimento sólido. Cuanto más débil es uno, más necesita beber, y cuanto más fuerte uno es, más necesita comer. Además, cuando estamos enfermos, bebemos más de lo que comemos. Cuando tenemos buena salud, comemos más de lo que bebemos. En 1 Corintios 3, Pablo dio a entender que los santos en Corinto eran muy débiles. Por lo tanto, no podía alimentarles con algo sólido. Sólo podía darles a beber leche, el alimento líquido. En 1 Pedro 2:2-3 dice: “Desead, como niños recién nacidos, la leche de la palabra dada sin engaño, para que por ella crezcáis para salvación, si es que habéis gustado lo bueno que es el Señor”.
Finalmente, en Apocalipsis, las promesas dadas a los que vencen constan de comer el árbol de la vida (2:7), disfrutar el maná escondido (2:17), y cenar con el Señor (3:20). La mención del árbol de la vida es una referencia a Génesis 2, y la del maná escondido a toda la historia de los hijos de Israel en el desierto. Durante cuarenta años comieron el maná (Ex. 16:35); por consiguiente, el maná fue el punto central de su historia. En Apocalipsis 3:20 el Señor Jesús dijo: “He aquí, Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye Mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo”. Cenar no es comer una sola comida, sino que es recibir las riquezas de una comida. Es posible que esto se refiera al rico producto de la buena tierra de Canaán comido por los hijos de Israel (Jos. 5:10-12).
En Apocalipsis 7 los santos redimidos quienes hayan sido arrebatados a los cielos, a la presencia de Dios, disfrutarán al Señor Jesús como el Cordero y el Pastor, quien los conduce a los manantiales de las aguas de vida (v. 17). El pastoreo incluye la alimentación; por lo tanto, comeremos y también beberemos. No sé de manera completa lo que haremos en la eternidad, pero sí sé que haremos por lo menos tres cosas: comer, beber y alabar. En la eternidad nuestro vivir y nuestra vida se compondrán de comer, beber y alabar. Nuestra vida en la eternidad será una vida de comer, beber y alabar. En las iglesias locales tenemos un anticipo hoy en día. Debemos comer, beber y alabar. Cuando decimos: “Oh Señor, amén” esto es comer. Decir: “Aleluya” es beber y alabar. ¡Alabado sea el Señor! Nosotros somos los que comemos, bebemos y alabamos.
Finalmente en Apocalipsis 22, se nos invita a beber gratuitamente del agua de vida (v. 17). El Espíritu y la novia juntos dicen que vengamos y bebamos gratuitamente del agua de la vida. En toda la Biblia, Apocalipsis 22:17 es la llamada final dada por Dios al linaje humano. Esta llamada divina final es que nos acerquemos y bebamos. Si usted se acerca para beber, ciertamente comerá. En el agua de la vida crece el árbol de la vida (22:2). Cuando nos acercamos al agua, tenemos el árbol. Cuando bebemos el agua, comemos el árbol de la vida. El pensamiento central de la economía de Dios consiste en que comamos y bebamos. Todos debemos aprender cómo disfrutar la vida divina comiendo y bebiendo a Cristo.
(
Revelación crucial de la vida hallada en las Escrituras, La, capítulo 8, por Witness Lee)