Revelación crucial de la vida hallada en las Escrituras, La, por Witness Lee

EL ALIENTO DE VIDA ENTRA EN LOS HUESOS SECOS PARA CUMPLIR EL PROPOSITO DE DIOS

Estos huesos necesitaban una profecía adicional para que el aliento de vida pudiera entrar en ellos. Ezequiel profetizó de nuevo: “Y entró aliento en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo”. Primero los huesos se convirtieron en un cuerpo. Luego el aliento entró en los huesos y vivieron. Cuando se pusieron de pie llegaron a ser un ejército grande en extremo para pelear la batalla para Dios. Los huesos llegan a ser el ejército que pelea la batalla, y finalmente llegan a ser la morada en la cual Dios puede habitar y ser expresado. El fin del ejército es tener dominio para enfrentarse con el enemigo de Dios, y el de la morada es ser la expresión, la imagen de Dios. Al soplar el Espíritu, Dios es expresado y Su enemigo derrotado.

Ezequiel profetiza dos veces en el capítulo treinta y siete. Profetiza por primera vez a los huesos y por segunda vez al viento. Primero profetizó a los muertos y luego al Espíritu. El Señor mandó a Ezequiel que profetizara la segunda vez y que dijera: “Ven de los cuatro vientos, oh aliento, y sopla sobre estos muertos, y vivirán” (v. 9, heb.). Luego, los huesos formados como cuerpo recibieron el aliento de vida. Se pusieron de pie y llegaron a ser un ejército para pelear la batalla para Dios. Esto también le dio a Dios la base para edificarlos como Su morada. El ejército y la casa cumplen el propósito doble de Dios, el cual consiste en derrotar a Su enemigo y expresarle a El en Su imagen. El soplar del Espíritu produce la imagen y el dominio.

(Revelación crucial de la vida hallada en las Escrituras, La, capítulo 9, por Witness Lee)