Dios Triuno es vida para el hombre tripartito, El, por Witness Lee

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CRISTO COMO EL OBJETO DE NUESTRA EXPERIENCIA DE LA VIDA DIVINA

Cristo es el objeto, la sustancia misma, de nuestra experiencia de la vida divina. Cualquier cosa que exista aparte de Cristo —por muy buena o bíblica que sea— no es la verdadera experiencia de la vida divina. La verdadera experiencia de la vida divina debe basarse en Cristo. Cristo debe ser el factor, la base y el objeto de nuestra experiencia de la vida divina. Cristo, el objeto de nuestra experiencia de vida, tiene muchos aspectos.

Experimentar la vida divina es experimentar a Cristo, la Persona divina

Como la corporificación del Dios Triuno

Experimentar la vida divina es experimentar a Cristo, la Persona divina. Cristo es la corporificación del Dios Triuno. Colosenses 2:9 dice: “Porque en Él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad”. El Padre, el Hijo y el Espíritu son elementos de la plenitud divina. Esta plenitud es triple. El Padre es rico, el Hijo es ilimitado, y el Espíritu es inmensurable. Cristo es la corporificación de la plenitud de la Deidad, la plenitud de esta Persona divina de tres aspectos.

Como Aquel que es divino y humano

Cristo, la corporificación del Dios Triuno, es tanto divino como humano. El Nuevo Testamento revela claramente que en resurrección Jesús sigue siendo un hombre. En Mateo 24:30 el Señor Jesús dijo que como Hijo del Hombre vendría sobre las nubes del cielo con poder y gloria. En Su regreso el Señor Jesús todavía será un hombre. En los cielos hoy en día Cristo todavía es un hombre. El himno #68 en Himnos dice:

¡Ved a Jesús sentado en el cielo!     Cristo el Señor al trono ascendió, Como un hombre fue exaltado,     Con gloria Dios lo coronó.

En Hechos 7 Esteban vio al Señor Jesús, el Hijo del Hombre, puesto de pie a la diestra de Dios (vs. 55-56). Como Hijo del Hombre, Él es tanto divino como humano. Si sólo fuera divino, sería omnipotente, pero no podría compadecerse de nosotros. Como hombre, Él puede compadecerse de nuestras debilidades (He. 4:15).

Como Aquel que es todo-inclusivo

Cristo, el objeto de nuestra experiencia de la vida divina, es todo-inclusivo (Col. 3:11). Él es nuestro templo (Ap. 21:22), nuestra Pascua (1 Co. 5:7) y nuestra fiesta (v. 8). Incluso es nuestra tierra real. Hemos sido plantados en Cristo (3:6) y hemos sido arraigados en Él y en Él estamos siendo edificados (Col. 2:7). La buena tierra que fluía leche y miel (Dt. 6:3; 11:9; 26:9) tipifica a Cristo como nuestra buena tierra (Col. 2:6). ¡Cuán maravilloso es Cristo!

Como Aquel que todo lo abarca y que todo lo llena en todo

Cristo, como la Persona divina, todo lo abarca. Él lo llena todo en todo (Ef. 1:23). Nuestro sistema solar está en una galaxia que es una sola galaxia entre millones. ¡Cuán vasto es el universo! Sin embargo, Cristo lo llena todo en todo.

Como Aquel que es ilimitado en Sus dimensiones

Cristo también es ilimitado en Sus dimensiones (Ef. 3:17-18). La anchura, la longitud, la altura y la profundidad son las dimensiones del universo. En el universo estas dimensiones son ilimitadas. Cristo es la anchura, la longitud, la altura y la profundidad. Él es ilimitado.

Como la porción que Dios nos ha dado

Cristo como la corporificación divina, quien es divino y humano, todo-inclusivo, que todo lo abarca y es ilimitado, es la porción que Dios nos ha dado (Col. 1:12). Según 1 Corintios 1:2, Cristo es la porción de todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, “de ellos y nuestro”. Él es la porción de ellos y Él es nuestra porción.

Como la realidad de todas las cosas positivas

Cristo es la realidad de todas las cosas positivas (Col. 2:16-17). Colosenses 2:16 menciona los asuntos de comer, beber, las fiestas o días festivos y los Sábados. Todos estos asuntos son sombras; la realidad de estas sombras, el cuerpo, es Cristo (v. 17). Cristo es la realidad del comer, del beber, de las fiestas y de los Sábados. Cristo es nuestra comida y bebida. Comer el alimento y beber el agua sólo son sombras. La sustancia, la realidad, de lo que comemos y bebemos es Cristo. Cristo es nuestra verdadera fiesta y nuestro verdadero Sábado. Él es nuestro verdadero descanso (Mt. 11:28).

(Dios Triuno es vida para el hombre tripartito, El, capítulo 8, por Witness Lee)