DIOS EN CRISTO COMO EL ESPÍRITU
ENTRA EN LOS CREYENTES EN CRISTO
PARA SER SU VIDA AL REGENERARLOS
Después de que Dios vino en la encarnación para que lo podamos tener como vida, Dios en Cristo como el Espíritu entra en los creyentes en Cristo para ser su vida al regenerarlos (Jn. 3:5-6; 1:13). La frase Dios en Cristo como el Espíritu indica al Dios Triuno. El término Dios está relacionado con Dios el Padre, Cristo con Dios el Hijo, y el Espíritu con Dios el Espíritu. El Dios Triuno entra en los creyentes como el Espíritu, porque el Espíritu hoy es la consumación del Dios Triuno. Por lo tanto, cuando el Espíritu viene, los Tres de la Trinidad Divina vienen. El Dios Triuno entra en los creyentes en Cristo. A fin de que el Dios Triuno pueda entrar en nosotros, nosotros tenemos que ser aquellos que están en Cristo. Fuera de Cristo no hay posibilidad de que Dios entre en nosotros. En Cristo tenemos la posición correcta y la debida capacidad para que Dios entre en nosotros para ser nuestra vida.
Dios entra en nosotros para ser nuestra vida porque nuestra necesidad primordial es vida. Si Él entrara en nosotros para primero ser nuestro alimento, esto no sería apropiado. El alimento es el suministro de vida. Sin embargo, nuestra necesidad primordial es vida. Cristo, como corporificación de Dios y Espíritu vivificante, entra en nosotros al regenerarnos. El hecho de que Él nos regenere es más significativo e importante que el hecho de que Él sea nuestro suministro de vida. El Dios Triuno procesado y consumado entra en nosotros para regenerarnos. De esta manera tenemos un nacimiento nuevo. Este nacimiento nuevo no es nada insignificante. Toda vida depende de un nacimiento. Sin tener un nacimiento, no hay comienzo de vida. Nosotros tuvimos un comienzo en Adán, pero ahora tenemos un nuevo comienzo en Cristo. Nuestro primer nacimiento, el nacimiento humano, fue un poco pobre, pero nuestro segundo nacimiento, nuestro nacimiento divino, fue maravilloso.
El Dios Triuno, después de ser consumado, viene a nosotros para ser el factor y elemento generador. Dios nos ha regenerado. La regeneración no es sólo que se nos ponga una vida nueva en nosotros. La regeneración significa que una vida ha entrado en nosotros para hacer germinar, para generar, a fin de cambiar nuestro ser y darnos un nuevo comienzo. En otras palabras, una vida ha entrado en nosotros, la cual nos ha dado un nuevo comienzo de un tipo de ser diferente. Anteriormente, éramos un tipo de ser. Ahora, por medio de la regeneración tenemos el comienzo de un nuevo ser. Ésta es la manera en que Dios entra en nosotros.
Mediante la palabra viva de Dios
Dios entra en nosotros para regenerarnos mediante la palabra viva de Dios (1 P. 1:23; Jac. 1:18). En 1 Pedro 1:23 dice que hemos sido “regenerados, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios, la cual vive y permanece para siempre”. De joven cuando leí este versículo, estaba preocupado porque mi experiencia de la regeneración no parecía concordar con lo que se revela allí. Me parecía que cuando yo fui regenerado, no había recibido ninguna palabra ni versículo alguno de la Biblia. Sólo había escuchado un mensaje con respecto a Dios basado en lo que se narra en el libro de Éxodo. Desde mi regeneración, he consultado con muchos otros creyentes, y sólo unos pocos han tenido la experiencia de ser regenerados por medio de un versículo de la Biblia en particular. Una de estas personas era un joven que había sido salvo con la ayuda de un hermano que usó Juan 3:16. El hermano ayudó al joven a que leyera Juan 3:16. Primero, lo leyeron juntos tal como estaba en el Nuevo Testamento. Luego el hermano le pidió al joven que lo leyera sustituyendo “al mundo” por “a mí”. Así que, él leyó: “Porque de tal manera amó Dios a mí”. Mediante este tipo de lectura, el joven fue salvo. Sin embargo, muchos de nosotros fuimos salvos de manera general escuchando un mensaje.
En 1 Pedro 1:23, la palabra viva de Dios se refiere al mensaje del evangelio que oímos cuando fuimos salvos. El pensamiento central del evangelio de Dios es que Dios se hizo un hombre llamado Jesucristo, que murió por nuestros pecados y por nosotros, que resucitó de entre los muertos, y que llegó a ser nuestro Salvador viviente. Al oír tal evangelio, creímos y fuimos regenerados. Este evangelio es la palabra viviente por la cual fuimos regenerados.
En el Día de Pentecostés, Pedro se puso de pie y dio un mensaje a más de tres mil personas (Hch. 2:1, 14, 41). En su mensaje él habló de la encarnación, la muerte de Cristo, Su resurrección y Su ascensión. Su mensaje fue la palabra viva de Dios, y por medio de ella tres mil fueron regenerados. El centro y la realidad del mensaje de Pedro fue el Cristo resucitado, incluyendo todas las etapas por las cuales Él pasó, desde Su encarnación hasta que llegó a ser el Espíritu vivificante. Ésa era la palabra viva de Dios.
(
Dios Triuno es vida para el hombre tripartito, El, capítulo 3, por Witness Lee)