Visión central necesaria para servir a la iglesia, La, por Witness Lee

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DETENERNOS, NO CRITICAR A OTROS Y OCUPARNOS ÚNICAMENTE DE VIVIR POR EL SEÑOR

Las personas en la supuesta religión hacen muchas cosas para el Señor, pero ellas no viven por el Señor. El Señor no quiere que nosotros seamos religiosos o que obremos y hagamos cosas para Él. Él no quiere incluso nuestro buen comportamiento. Para Él, ninguna de estas cosas tiene significado. La revelación básica hallada en la Biblia es que nuestro Señor es el Espíritu que vive en nuestro espíritu y que Él desea que vivamos por Él. Por tanto, lo único que cuenta es que vivamos por el Señor.

En cada iglesia local tiene que haber algunos que vivan por el Señor. Si un anciano vive por el Señor, todos los santos serán influenciados y sus espíritus estarán abiertos. Satanás es muy sutil. Aunque nosotros podemos tocar nuestro espíritu, es fácil que Satanás influya en nuestros pensamientos para que consideremos a otros y los critiquemos. Muchas veces ésta es la fuente de nuestras “oraciones” por otros. Tales “oraciones” no vienen de nuestro espíritu, sino de nuestra mente. Deberíamos sencillamente vivir en el espíritu y permitir que el Señor se ocupe de los demás asuntos. Aunque no es difícil detenernos y no criticar a otros, el Señor desea que nos detengamos y no critiquemos a otros, y que no consideremos las situaciones de otros. La Biblia habla de muchas cosas, pero la revelación central y consumada es que el Dios de toda la creación está en nuestro espíritu, y nosotros podemos vivir por Él. Al final de la Biblia hay una ciudad, la Nueva Jerusalén. En esta ciudad Dios es vida, y esta ciudad vive por Dios y expresa a Dios en su vivir.

Satanás utiliza la religión para usurparnos. Los conceptos religiosos del catolicismo, del protestantismo y de las diversas denominaciones influyen en muchos. Aquellos que van en pos de la espiritualidad también tienen conceptos, incluso conceptos acerca del quebrantamiento por parte de la cruz. La manera en que Satanás procede consiste en hacer que nos volvamos de nuestro espíritu a los métodos basados en nuestros conceptos. Sin embargo, el Señor está en nuestro espíritu; por tanto, debemos vivir en nuestro espíritu. Vivir en nuestro espíritu es nuestro camino, nuestra liberación y nuestro verdadero reposo.

(Visión central necesaria para servir a la iglesia, La, capítulo 7, por Witness Lee)