LA FALTA DE LUZ Y REVELACIÓN
ES UN RESULTADO DE SALIR DEL ESPÍRITU
Necesitamos revelación, luz, la apertura de nuestros ojos y el volvernos de las tinieblas a la luz. Tengo un profundo sentir de que las iglesias en el Lejano Oriente carecen de revelación. Sí, hay doctrinas. Sí, hay prácticas. Pero hay una carencia del espíritu y una falta de revelación. Consecuentemente, la oscuridad cae sobre las iglesias. Estamos donde estamos hoy porque nos hemos extraviado del espíritu. Una vez que salimos del espíritu, caemos en las maneras establecidas según lo que hemos aprendido previamente. Es fácil proceder según lo que hemos aprendido, pero sin nuestro espíritu no habrá revelación alguna.
La pereza es un problema
en nuestra manera de ser natural
La pereza es un problema en la manera de ser natural de los seres humanos caídos. Tengo la certeza de que si Saulo hubiese sido una persona perezosa que dormía todo el día, Dios nunca hubiese resplandecido sobre él. Dios resplandeció sobre él en medio de su diligente oposición a Dios. D. L. Moody era un evangelista poderoso que llevó a muchos a salvación, pero él dijo: “Nunca he oído que alguien perezoso se convierta”. Es difícil que las personas perezosas sean salvas. Esto no se debe a que Dios no tenga el deseo de salvarlas, sino a que ellas son demasiado perezosas para recibir Su salvación.
Algunas iglesias locales pierden revelación y están sin luz debido a la pereza. Otras iglesias locales son bendecidas por Dios porque no son sueltas ni perezosas. En los Estados Unidos algunas iglesias comienzan la reunión del partimiento del pan a las 7:30 p. m., pero muchos hermanos y hermanas llegan a las 6:45 p. m. y comienzan a alabar. Algunos incluso llegan a las 6:00 p. m. para organizar las sillas y alinearlas ordenadamente. Esto muestra que ellos toman estos asuntos con seriedad.
Hablo de los asuntos prácticos solamente para señalar la relación que éstos tienen con nuestro corazón. Si los hermanos responsables, quienes toman la delantera para partir el pan, no se visten bien y ni siquiera abotonan sus camisas apropiadamente, ¿cómo podemos creer que hay luz alguna en la iglesia allí? Los hermanos y las hermanas deberían hacer las cosas en la iglesia de una manera apropiada. Si algunas cosas prácticas no pueden hacerse apropiadamente, entonces no deberían hacerse en lo absoluto. Una persona suelta no debería tomar la delantera en una iglesia, y las reuniones no deberían encargarse a tal persona. Si la reunión del partimiento del pan comienza a las 7:30, las sillas deberían estar listas antes de las 6:30. Los que sirven deberían ocuparse del número y del arreglo de las sillas para la conveniencia de los santos.
En enero de 1950 el hermano Nee fue desde la China continental hasta Hong Kong e introdujo un avivamiento allí. Sin embargo, debido a que no podía permanecer en Hong Kong, me pidió que viniera a Hong Kong a verlo. La mañana después que llegué, él me llevó a la reunión de servicio entre los ancianos y colaboradores. Allí él declaró públicamente que quería que yo dispusiera los asuntos del servicio en la iglesia en Hong Kong, incluyendo el servicio de los colaboradores, ancianos y diáconos. Entonces comencé a disponer la oficina de los ancianos y la oficina de negocios, y a guiar a los ancianos y los diáconos en su servicio. Comencé al considerar los muebles que estaban en el local de reunión, y hallé que muchas cosas estaban viejas y gastadas. Parecía que los hogares de los santos estaban amueblados mejor que el local de reunión. Los cuadros en las paredes del local de reunión estaban gastados y llenos de polvo. El órgano estaba en tan mala condición que nadie lo hubiese tomado si se dejara en la calle. El timbre al local de reunión no era eléctrico; sólo tenía una cuerda de plomo rudimentaria que se halaba. Cuando alguien halaba el cordón, el sonido resonaba dentro del local de reunión. Todos los santos tenían timbres eléctricos en sus hogares, pero el timbre del local de reunión estaba hecho de una cuerda. Este mobiliario no era el adecuado para una ciudad como Hong Kong. Yo hablé con los hermanos y las hermanas y dije que si la condición del local de reunión era un reflejo de nuestro servicio, tal vez deberíamos clausurar el local de reunión, irnos a casa y dormir. Estoy agradecido al Señor porque los hermanos y las hermanas tuvieron la gracia para recibir esta comunión, y la apariencia del local de reunión cambió al día siguiente. Esto ocurrió el 20 de febrero de 1950.
Mi punto no es que deberíamos concentrarnos en las cosas físicas, sino que deberíamos tomar seriamente nuestra participación en el servicio que rendimos a Dios. No sólo deberíamos ofrecernos a nosotros mismos, sino también nuestras vidas. Si oramos por “lluvia del cielo”, también deberíamos preparar vasos para contener la lluvia. Si no preparamos vasos, todo se derramará cuando venga la lluvia. Los hermanos y las hermanas han llegado a ser indisciplinados después de muchos años en la vida de iglesia. Sin embargo, una vez que entre dicha ligereza, se perderá la bendición, y solamente surgirán problemas. Una vez que haya ligereza, hay desenfreno. Proverbios 29:18 dice: “Donde no hay visión, el pueblo se desenfrena”. Las personas que son perezosas se desenfrenan; ellos llegan a ser sueltos e incapaces de hacer cualquier cosa. Según lo que oigo ahora, algunos lugares se hallan en una condición desenfrenada y vergonzosa. Donde no hay visión ni luz, las personas llegan a ser sueltas y desenfrenadas, y caen en toda clase de situación corrupta. El desenfreno es un indicio de que no hay luz alguna.
Nuestras palabras ociosas y nuestros chismes son vergonzosos, y ellos hacen que nosotros perdamos la luz y la revelación. Si, por la misericordia del Señor, estamos dispuestos a restringirnos a nosotros mismos y vivir en el espíritu, recibiremos revelación cada día. La revelación no se encuentra en nuestra mente, sino en nuestro espíritu. Puesto que el Señor está en nuestro espíritu, tenemos que estar en nuestro espíritu a fin de recibir revelación.
(
Visión central necesaria para servir a la iglesia, La, capítulo 1, por Witness Lee)