LA DIFERENCIA ENTRE
EL ESPÍRITU Y EL ALMA
Por medio de todo esto podemos ver que hay una gran diferencia entre el espíritu y el alma. La enseñanza de la dicotomía dice que el alma y el espíritu son iguales. Sin embargo, éstos no son iguales, no podemos decir que los oídos son los ojos. Los oídos y los ojos están muy cerca el uno del otro, pero no son iguales.
Lucas 1:46 y 47 dicen: “María dijo: Mi alma magnifica al Señor; y mi espíritu ha exultado en Dios mi Salvador”. Esta porción de la Palabra prueba que el espíritu no es el alma. Aquí el alma hace una cosa, mientras que el espíritu hace otra. Además, magnificar es una cosa, y regocijarse es otra cosa. Magnificar al Señor ocurre en el alma, y exultar en el Señor ocurre en el espíritu. No podemos decir que magnificamos al Señor en nuestro espíritu. Conforme al significado correcto de magnificar, esto es algo que se hace en nuestra alma. La mejor forma de recibir las Escrituras es tomar las palabras claras que contiene. Estos versículos son muy claros. Adoramos a Dios en el espíritu, servimos al Señor en el espíritu, oramos en el espíritu, vivimos y andamos en el espíritu, conocemos las cosas de Dios por el espíritu, laboramos para el Señor en el espíritu, e incluso nos ataviamos en el espíritu. Ciertamente, tenemos un alma y hay una función para el alma, pero debemos entender que el espíritu es primero.
Por consiguiente, no podemos decir que el espíritu y el alma son términos sinónimos, que podemos usar cualquiera de ellos de cualquier forma. No, el espíritu es el espíritu, y el alma es el alma. En la Biblia estos dos nunca se usan de manera intercambiable, tal como los ojos y los oídos están muy cerca el uno del otro pero son diferentes.
(
Tratar con nuestras partes internas para el crecimiento en vida, capítulo 8, por Witness Lee)