LA MANIFESTACIÓN DE LOS DONES
El crecimiento de vida es diferente de la manifestación de las cosas milagrosas, o sea, los dones sobrenaturales mencionados en 1 Corintios 12 y 14. Es una verdadera tragedia que en el cristianismo actual muchos cristianos consideren que los dones milagrosos y la vida son lo mismo. El asna del profeta Balaam que habló un lenguaje humano es un ejemplo muy bueno para demostrar que los dones milagrosos no pertenecen a la vida (Nm. 22:28). Lo que el asna habló fue una lengua genuina y real. Muchas personas proclaman que han hablado en lenguas, pero dudo que hayan hablado en una lengua genuina. Sin embargo, aun si alguno hablara en una lengua genuina, aun así, eso no sería vida.
En 1 Corintios se habla no sólo del conocimiento, sino también de los dones. No solamente el conocimiento, sino también los dones están en contraste con Cristo. Los versículos 22 y 23 de capítulo 1 dicen: “Ciertamente los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos tropezadero, y para los gentiles necedad”. Las señales y los prodigios son algo milagroso y sobrenatural. Debemos tener cuidado al hablar sobre los dones, porque este tema es muy complicado. Pero, debo hablar la verdad y debo decirles que en toda mi vida cristiana nunca he visto una persona que enfatizara hablar en lenguas y que fuese genuinamente una persona espiritual. Le será difícil a cualquier hermano o hermana que insiste en hablar en lenguas conocer la vida.
Aquí vemos una diferencia. La vida es una cosa, y la manifestación de los dones es otra. También nos damos cuenta que la manifestación apropiada de los dones tiene como objetivo la vida. Sin embargo, la manifestación de los dones no es la vida misma. La vida es Cristo, y el crecimiento de vida es el aumento y la expansión de Cristo. Los creyentes corintios en esa época se interesaban mucho por hablar en lenguas, pero en el capítulo 3 Pablo les dijo que ellos no solamente eran infantiles, sino niños (v. 1). Hablaban en lenguas más que ninguno, pero eran niños debido a que habían sido distraídos por el hablar en lenguas. El uso apropiado de hablar en lenguas es cuando sirve de ayuda a la vida, pero los corintios estaban distraídos por eso y fueron frustrados de conocer a Cristo como su vida.
El conocimiento ni los dones son vida. Ninguna clase de don es vida, porque la vida es simplemente Cristo mismo. Por lo tanto, el crecimiento de vida es el aumento de Cristo, no la manifestación de algún don. Hablar en lenguas y sanar a la gente milagrosamente son manifestaciones de los dones. Éstos son para la vida, pero no son la vida misma.
(Tratar con nuestras partes internas para el crecimiento en vida, capítulo 6, por Witness Lee)