Tratar con nuestras partes internas para el crecimiento en vida, por Witness Lee

LA ECONOMÍA DE DIOS ES FORJARSE A SÍ MISMO EN NOSOTROS

Si leemos cuidadosamente todas las Escrituras, nos daremos cuenta de que ellas nos revelan un punto principal: la economía de Dios y el blanco de la economía de Dios. El punto principal de la economía de Dios es que la intención de Dios consiste en forjarse a Sí mismo en Su persona triuna en todas las partes de nuestro ser. Tengo la carga de decirles a los hijos del Señor, mil veces si es necesario, que en todo el universo la intención de Dios no es nada más que forjarse a Sí mismo en los seres humanos. ¿Con qué propósito creó Dios el universo? Fue con el único propósito de hacer del hombre Su recipiente. Un recipiente es un vaso, como una botella o una taza. Romanos 9:21-23 y 2 Corintios 4:7 nos dicen claramente que Dios nos creó con la intención de que fuésemos vasos, recipientes, para contener a Dios mismo. Nosotros no somos nada más que vasijas vacías, y Dios es el contenido único.

Una bebida como la Coca-Cola necesita de una botella que la contenga. Las botellas de soda son unos recipientes muy definidos y específicos, porque fueron hechos con un propósito definido y específico. Nosotros los seres humanos también fuimos hechos de una manera definida y específica. Si una botella que fue hecha deliberadamente para Coca-Cola no contiene Coca-Cola, pierde su propósito y no sirve para nada. Nosotros los seres humanos fuimos hechos deliberadamente para contener a Dios. Si no contenemos a Dios, si Dios no es nuestro contenido, somos personas que no tienen sentido. No importa cuánta educación poseamos, la clase de posición que hayamos obtenido, ni de cuántas riquezas dispongamos, sin Dios todavía estamos carentes de propósito, porque fuimos hechos deliberadamente como recipientes para contener a Dios. Dios es el contenido mismo, así que debemos recibir a Dios en nuestro ser.

Esta palabra podría parecerles muy sencilla, pero es la manera precisa de hablarles del punto central, del asunto principal, de todas las Escrituras. Las Escrituras en su totalidad simplemente nos hablan de una cosa: que Dios es el contenido mismo y nosotros somos el recipiente que contiene a este contenido; por ende, tenemos que recibir a Dios y ser llenos de Dios. Ésta es la enseñanza básica de las Escrituras. Hay muchas cosas que se mencionan en las Escrituras, pero todas ellas no son el punto principal que la Biblia contiene. El punto principal de las Escrituras es que la intención de Dios es ponerse a Sí mismo dentro de nosotros como nuestro contenido.

(Tratar con nuestras partes internas para el crecimiento en vida, capítulo 2, por Witness Lee)