Estudio-vida de los Salmos, por Witness Lee

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XV. AL COMPRENDER LA VANIDAD DE SU VIDA

Podemos decir que el título del salmo 38 puede ser “Pecado e iniquidad”, y el título del salmo 39 puede ser “El vacío y la vanidad”. El salmo 39 revela los sentimientos del salmista al comprender la vanidad de su vida. Este salmo nos muestra que somos un vacío y vanidad.

A. El atiende a sus caminos guardando con mordaza su boca

En los versículos 1-3 David dijo que atendía a sus caminos guardando con mordaza su boca.

B. Reconoce el vacío y la vanidad de su vida

David reconoció el vacío y la vanidad de su vida y le pidió a Dios que quitara de él Su castigo (por las transgresiones cometidas), y que apartara de él Su mirada, pues era forastero y peregrino (vs. 4-13). Siempre pensamos que somos algo o alguien, pero David fue llevado por el Señor a una situación donde reconoció que en realidad el estaba vacío y lleno de vanidad. David dijo que todo hombre es completa vanidad (v. 5). Dijo que sus días eran como palmos. Un palmo es muy corto, como de diez centímetros. David dijo que un hombre anda como una sombra, una exhibición vacía, y que la gente se afana en vano; amontona riquezas y no sabe quién los recogerá (v. 6).

Al final del salmo 39, David le pidió a Jehová que escuchara su clamor (v. 12). Pero no creo que Dios lo contestara inmediatamente. Dios guardaría a David en esa situación más tiempo para que se viera forzado a comprender su verdadera situación y condición. Necesitamos comprender que nuestra condición es pecaminosa y que nuestra situación es vanidad.

En el salmo 37 David tenía mucho que decir. Parece que en este salmo lo sabía todo y podía decirlo todo. Pero en el salmo 38 se dio cuenta de que su condición era pecaminosa, y en el salmo 39 comprendió que su situación estaba llena de vanidad. Muchos de nosotros todavía estamos en el salmo 37. En una reunión cierto hermano hizo una oración larga. En su oración parecía que lo sabía todo, lo entendía todo y podía decirlo todo. Sin embargo, una oración así mata a todos. En lugar de eso debemos ser personas que oren diciendo: “Oh Señor, no sé qué decir y no sé qué hacer. Ni siquiera sé lo que soy. Mi vida es como nada delante de Ti. Señor, ten misericordia de mí”.

Finalmente David dijo que era forastero para Dios, un peregrino, como todos sus padres (Sal. 39:12). Un forastero es uno que no sabe nada acerca del lugar donde está. En el Nuevo Testamento, todos los creyentes deben ser extranjeros y peregrinos (1 P. 1:1; 2:11) que van de paso como forasteros en esta tierra. Esto significa que todos hemos sido reemplazados por Cristo. Todos hemos sido crucificados con El. Entonces es un hecho que ya no vivimos nosotros, sino que Cristo vive en nosotros. Necesitamos ver el concepto humano en los Salmos para salir de dicho concepto y entrar en el concepto divino que se expresa en las Epístolas de Pablo.

La Biblia nos dice que la palabra del Señor es la verdad, la realidad (Jn. 17:17), y que también es la luz (Sal. 119:105). Espero que, por la verdad y la luz liberadas en estos mensajes, podamos ver lo que Dios quiere que seamos. Dios quiere que no seamos nada. El quiere que seamos reemplazados por Cristo. Por lo tanto, lo que Dios quiere lo expresó Pablo al decir: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí” (Gá. 2:20a). Cristo me ha crucificado y Cristo ha entrado en mí para reemplazarme. Ahora tengo una unión orgánica con El. El vive y obra, y yo vivo y obro con El. Cristo me reemplaza para vivir Su vida a través de mí. Este es el concepto divino de Dios según la revelación divina del Nuevo Testamento.

(Estudio-vida de los Salmos, capítulo 17, por Witness Lee)