UNA PALABRA ADICIONAL ACERCA DEL DISFRUTE
QUE SE TIENE DE DIOS EN LA CASA DE DIOS
Ahora quisiera dar una palabra adicional acerca del disfrute que se tiene de Dios en la casa de Dios como se ve en el primer libro de los Salmos, el cual abarca los salmos del 1 al 41. Varias de las cosas que David disfrutó son buenas, pero muchas de ellas son objetivas y no están disponibles. David dijo que él levantaba sus manos hacia el lugar santísimo del santuario (Sal. 28:2). Esto es algo totalmente objetivo. David también dijo que los que están en el templo de Dios dicen: “¡Gloria!” (29:2). Si Dios solamente fuera la gloria por fuera de nosotros, El no tendría nada que ver con nosotros. La gloria objetiva no nos ayuda, pero que seamos subjetivamente mezclados con el Dios Triuno sí produce resultados. El coro del himno 1199 en Hymns dice: Mezclados, mezclados, aleluya ... ser mezclados es el camino. En la economía neotestamentaria, ser mezclado subjetivamente es el camino.
En Salmos 36:7-9, el disfrute que David experimenta en la casa de Dios es muy subjetivo. Estos versículos nos muestran el disfrute subjetivo de las riquezas que están disponibles en la casa de Dios. El salmista dijo que podemos ser completamente saciados de la abundancia, la grosura, las riquezas, de la casa de Dios (v. 8a). Podemos ser saciados con toda la plenitud de Dios dentro de Su casa al comerlo a El. Deseo repetir que debemos poner atención a la revelación que se encuentra en el Evangelio de Juan. En este evangelio, comer y beber son dos palabras cruciales. Por ser el pan del cielo, Jesús se puede comer. Por ser el agua viva, El también se puede beber. Si bebemos del agua viva, ésta será en nosotros un río de agua que salte para vida eterna. Comer y beber del Señor para disfrutarlo como nuestro suministro espiritual de vida es muy importante, pero en el cristianismo actual no se han dado cuenta de ello.
En la casa de Dios podemos beber del río de las delicias de Dios (Sal. 36:8b). No se trata sólo de una delicia, sino de muchas delicias. Los cristianos no necesitamos distracciones, entretenimientos, fiestas ni clubes mundanos. Nuestro “club” es la vida de la iglesia. La iglesia es el mejor club de la tierra. Aquí en la iglesia tenemos nuestras delicias. Nuestro entretenimiento es el río de las delicias de Dios. Podemos ver un cuadro de este río fluyente en Génesis 2, y este río, el río de agua de vida en Apocalipsis 22, fluirá para siempre.
Salmos 36:9a dice que podemos participar del manantial de la vida de Dios. En el libro de Jeremías, Dios condenó a Israel porque éste le abandonó a El, el manantial de aguas vivas (2:13). Sin embargo, en la casa de Dios podemos participar del manantial de la vida de Dios. Con el tiempo, podemos ver la luz en la luz de Dios (Sal. 36:9b).
En la casa de Dios tenemos el alimento, el río, el manantial de la vida y la luz. Estas cuatro cosas no son objetivas en absoluto. El alimento es para comer, el río es para beber, el manantial es para que podamos participar de él y la luz es para que viendo podamos participar de ella. ¡Qué disfrute es éste! Este disfrute en Salmos 36 es mucho más profundo y elevado que el disfrute de la casa de Dios en Salmos 27. En Salmos 36 todo está disponible. La comida está disponible, el río está disponible, el manantial de la vida está disponible, y la luz está disponible. Las riquezas de la casa de Dios están disponibles para que las disfrutemos.
Este disfrute al final nos llevará a la Nueva Jerusalén. En la Nueva Jerusalén nos saciaremos con el fruto del árbol de la vida; beberemos del río de agua de vida; participaremos del manantial de la vida de Dios; y veremos la luz en la luz divina de Dios (Ap. 22:1-2, 5). Esto es el disfrute consumado que se tiene de Dios en la casa de Dios.
(
Estudio-vida de los Salmos, capítulo 13, por Witness Lee)