Estudio-vida de los Salmos, por Witness Lee

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I. EL CONCEPTO DE DAVID ACERCA DEL HOMBRE DELANTE DE DIOS

En Salmos 17—19 vemos el concepto de David tocante a un hombre delante de Dios.

A. La mejoría en el concepto de David

El salmo 17 muestra una mejoría en el concepto de David. El concepto de David mostró una mejoría, ya que él pasó de hablar de su justicia (vs. 1-6) a hablar de las maravillosas bondades de Dios y a pedir que Dios lo escondiese bajo la sombra de Sus alas (vs. 7-9). En el versículo 3 David dijo: “Tú has examinado mi corazón, me has visitado de noche; me has puesto a prueba, y nada hallaste; mis pensamientos no llegan a mi boca”. David dijo que sus pensamientos no llegaban a su boca y que su oración había sido hecha de “labios sin engaño” (v. 1). En el Nuevo Testamento, Santiago dijo que lo más difícil de controlar para nosotros es nuestra lengua (Stg. 3:1-12). En cambio, en el salmo 17 David le dijo a Dios que él había tenido éxito en controlar su boca. En el versículo 5 David dijo: “Mis pasos se han mantenido firmes en Tus veredas, mis pies no han resbalado”. David decía que él todavía estaba en la vereda de Dios, como una locomotora que aún estuviera sobre los rieles.

En los versículos 7-9 el concepto de David se apartó de su autojustificación y se volvió a las maravillosas bondades de Dios y a la petición de que Dios lo escondiese bajo la sombra de Sus alas. En el versículo 8 él oró así: “Guárdame como a la niña de Tus ojos; escóndeme bajo la sombra de Tus alas”. David disfrutaba la sombra de las alas de Dios y hasta disfrutaba ser guardado como la niña de los ojos de Dios.

En los primeros seis versículos él estaba en su justicia. Ahí él se jactaba de su justicia. Santiago dijo que nadie era capaz de controlar su propia lengua, pero David decía que Dios lo había examinado y no había hallado nada. En los versículos 7-9, sin embargo, él se apartó de su justicia. Entró en los ojos de Dios y se puso bajo las alas de Dios para disfrutar la sombra. Su jactancia conforme a su justicia estaba en la línea del árbol de la ciencia, pero los ojos de Dios y las alas de Dios están en la línea del árbol de la vida. Esto muestra una mejoría en el concepto de David.

Enseguida, sin embargo, David volvió a poner su atención en sus enemigos. Los versículos 10-14 comprenden una acusación contra sus enemigos. Después de haber mencionado su disfrute en los ojos de Dios y bajo las alas de Dios, él no podía olvidarse de sus enemigos. Acusar a nuestros enemigos y pedirle a Dios que los haga postrarse (v. 13a) no es una oración conforme a la economía de Dios. En la economía de Dios, El nos pide que amemos a nuestros enemigos (Mt. 5:44).

Al final del salmo 17, podemos ver la mejoría de David en cuanto a que él estaba satisfecho con la semejanza (presencia) de Dios, pero aún así él todavía permanecía en su propia justicia ante Dios (v. 15). ¿Cómo es posible que David se jactara de su justicia cuando había cometido un acto tan pecaminoso como tomar a Betsabé y matar a su marido, Urías? Dios le perdonó a David este gran pecado, pero no olvidó lo que David había hecho. En 1 Reyes 15:5 dice que David había hecho lo recto a los ojos de Dios todos los días de su vida, excepto en el caso de Urías el hitita. Mucho más tarde, en el Nuevo Testamento, la genealogía de Cristo presentada en el libro de Mateo dice: “David engendró a Salomón de la que fue mujer de Urías” (1:6).

La Biblia dice que en el nuevo pacto Dios perdona nuestros pecados y ya no se acuerda más de ellos (He. 8:12). ¿Por qué entonces Dios escribió en la genealogía de Cristo el fracaso de David? Esto comprueba que la Biblia no es fácil de entender. El salmo 51 muestra que Dios perdonó a David, pero en Mateo 1 Dios todavía mencionó a Urías, lo cual quiere decir que Dios no había olvidado. Urías era hitita, era pagano. Mateo 1:6 dice que David engendró a Salomón “de la que fue mujer de Urías” para recalcar el gran pecado de David, mostrando así que Cristo, el Rey Salvador, está relacionado no sólo con los paganos, sino también con los pecadores.

A pesar de su gran pecado, David dijo en Salmos 17:15: “En cuanto a mí, veré Tu rostro en justicia”. El todavía permanecía en su justicia delante de Dios, sin embargo, por lo menos en un sentido, él no estaba en justicia. Santiago dijo: “Cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos” (Stg. 2:10). Ya hemos visto antes que David, por su única transgresión, quebrantó directamente los cinco últimos mandamientos, dado que asesinó, cometió adulterio, robó, mintió y codició (Ex. 20:13-17). David debió haber dicho que vería el rostro de Dios por causa de la misericordia y las bondades de Dios. Las compasiones de Dios están en contraste con la justicia de David. ¿Qué es más confiable: la justicia de David o las bondades de Dios? Si Dios nos examinara detenidamente, ¿cómo podríamos resistir? No podríamos permanecer ante el rostro de Dios en nuestra justicia. Tenemos que escondernos bajo la sombra de Sus alas.

En el salmo 17 vemos el concepto humano de David, pero también vemos que éste concepto mejoró. Vemos esta mejoría en el hecho de que de ser “Caín-David” él pasó a ser “Abel-David”.

(Estudio-vida de los Salmos, capítulo 9, por Witness Lee)