Estudio-vida de Filipenses, por Witness Lee

I. ALGUNOS PREDICABAN A CRISTO CON UN MOTIVO IMPURO

En 1:15, Pablo declara: “Algunos predican a Cristo por envidia y contienda”. La palabra “algunos” se refiere a los cristianos que se oponían a Pablo y a su ministerio (2 Co. 10:7; 11:22-23). Aun en el tiempo de Pablo había ciertas personas que envidiaban la influencia que ejercía Pablo y, debido a esto, predicaban el evangelio, tratando de competir con él. Como lo indica la palabra griega traducida “contienda”, estas personas predicaban a Cristo con un espíritu divisivo y por partidismo. En 1:17, Pablo añade que estas personas anunciaban a Cristo “por ambición egoísta, no con intenciones puras, pensando añadir aflicción a mis prisiones”. La palabra griega traducida ambición egoísta denota la búsqueda de un interés propio, rivalidad y sectarismo; y la palabra aflicción también puede traducirse opresión. Los que anunciaban a Cristo por ambición, hacían que las prisiones de Pablo lo presionaran aún más, depreciándolo a él y a su ministerio, mientras que él se encontraba privado del ejercicio de su predicación.

Pablo pasaba por aflicciones y se hallaba en cadenas no por predicar el evangelio, sino por defenderlo. Debido a que los judaizantes habían mezclado el evangelio con la ley y la circuncisión, Pablo tuvo que defenderlo. Esto fue precisamente lo que provocó el tumulto que lo puso en cadenas (Hch. 21:27-36).

(Estudio-vida de Filipenses, capítulo 4, por Witness Lee)