EJERCITAR EL ESPIRITU Y EL ALMA
En Filipenses 1:27 Pablo declara: “Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes junto con la fe del evangelio”. A fin de experimentar a Cristo no sólo necesitamos estar firmes en un mismo espíritu, sino también combatir unánimes junto con la fe del evangelio. Ser unánimes, o sea tener una sola alma, para llevar adelante la obra del evangelio, es más difícil que estar en un mismo espíritu para experimentar a Cristo. Ser unánimes requiere que, después de ser regenerados en nuestro espíritu, progresemos y seamos transformados en nuestra alma, especialmente en nuestra mente, la cual es la parte principal y gobernante de nuestra alma.
En 1:27 Pablo exhorta a los filipenses a que estén firmes en un mismo espíritu y a que combatan unánimes, es decir, con una sola alma. Este es el único pasaje bíblico que relaciona el espíritu y el alma de esta manera. En cuanto a nuestra posición, debemos estar firmes en un mismo espíritu, y en cuanto a la acción de combatir, debemos ser unánimes. Esto significa que debemos ejercitar tanto nuestro espíritu para mantenernos firmes, como nuestra alma para combatir unánimes junto con la fe del evangelio. Combatir implica esforzarnos al luchar y pelear.
(Estudio-vida de Filipenses, capítulo 8, por Witness Lee)