TENER EL MISMO PENSAMIENTO
La manera en que los filipenses podían completar el gozo del apóstol era que ellos tuvieran el mismo pensamiento, e incluso este único pensamiento (2:2). Según el contexto de este libro, “este único pensamiento” debe referirse al conocimiento subjetivo de Cristo y a la experiencia de Cristo (1:20-21; 2:5; 3:7-9; 4:13). Unica y exclusivamente Cristo debe ser la centralidad y la universalidad de nuestro ser. Nuestro modo de pensar debe centrarse en la excelencia del conocimiento y experiencia que tenemos de Cristo. Centrarnos en cualquier otra cosa nos llevará a pensar de otra manera, causando así disensiones entre nosotros.
Lo que le preocupaba a Pablo mientras estaba en la cárcel, eran las disensiones que había entre los filipenses. Los santos de Filipos eran buenos creyentes, y la iglesia en esa ciudad estaba bien establecida. Pero aun así, había disensiones entre ellos, pues aunque eran uno en espíritu, no combatían unánimes con una sola alma, y aunque todos amaban al Señor, no todos tenían el mismo pensamiento. Esto acongojó a Pablo. Así que, movido por su preocupación, les rogó a los filipenses que completaran su gozo siendo uno en el alma y teniendo el mismo pensamiento.
(Estudio-vida de Filipenses, capítulo 9, por Witness Lee)