TENER EL MISMO ANIMO
Pablo tenía muchos colaboradores, pero Timoteo fue el único del cual dijo que era del mismo ánimo. En cuanto a su preocupación por las iglesias, sólo Timoteo tenía el mismo ánimo que Pablo. Aprecio mucho la expresión “del mismo ánimo” que Pablo usó en 2:20. Estas palabras son como una ventana a través de la cual vemos el secreto de experimentar a Cristo: experimentarlo de una manera que nos lleve a sentir una preocupación genuina por las iglesias. Espero que todos lleguemos a conocer este precioso secreto.
Puesto que Pablo y Timoteo tenían el mismo ánimo, podían experimentar a Cristo al máximo. Si solamente experimentamos a Cristo en nuestro espíritu, pero no somos uno en el alma con los demás santos que aman y buscan al Señor, la experiencia que tenemos de El será limitada. Los colaboradores de Pablo que no tenían el mismo ánimo suyo, podían experimentar a Cristo, pero no al grado en que lo experimentaban Pablo y Timoteo.
Me sorprendí mucho la primera vez que leí que, a excepción de Timoteo, Pablo no tenía a nadie más del mismo ánimo en cuanto a la preocupación que sentía por los santos de Filipos. ¿Acaso no había más creyentes que se preocuparan por las iglesias? Sí, pero su preocupación no nacía de un alma semejante a la de Pablo.
Tarde o temprano se probará si somos uno en el alma con los hermanos que presiden y con aquellos de más experiencia. Si no tenemos el mismo ánimo de los que conocen verdaderamente la condición de la iglesia, no podremos avanzar en la experiencia que tenemos de Cristo. Pero si somos uno con ellos en el alma, seremos guardados y no tendremos ningún problema en experimentar a Cristo.
(Estudio-vida de Filipenses, capítulo 15, por Witness Lee)