ANULANDO LA FUNCION ORGANICA
DE LOS MIEMBROS DE CRISTO
Además, el cristianismo deforme y degradado anula la función orgánica de los miembros de Cristo. Hace como treinta años en Manila un grupo de hermanos de entre nosotros fueron a visitar a un enfermo en el hospital. Todos los hermanos que fueron a visitar a este enfermo oraron uno por uno, y sus parientes, quienes eran también cristianos, se sorprendieron. Ellos preguntaron si los hermanos eran pastores o no. Les dijeron que ninguno de ellos era pastor, sino que todos ellos eran solamente hermanos. Los parientes de esta persona enferma dijeron que no sabían cómo orar y nunca oraban. Pensaban que orar era el trabajo del pastor. El concepto predominante en el cristianismo de hoy es que el predicar, enseñar la Biblia y orar por otros es el trabajo del pastor. Una persona va a un pastor de la misma manera que iría a un abogado o médico por servicios específicos. Este sistema clero-laico anula las funciones de los miembros de Cristo. Los asistentes de los llamados cultos cristianos van ahí y no hacen nada. Ellos no saben hacer nada. Sólo saben cómo quedarse sentados ahí y ver a otros pocos funcionar. En la vida de iglesia no se debe anular las funciones de otros, sino animar a todos a funcionar.
En las reuniones vecindarias de los nuevos creyentes en Taipei, todos eran animados a funcionar. En el entrenamiento en Taipei, ordenamos a los entrenantes a no reemplazar a los nuevos en sus reuniones en casa. Les encargamos a que no actuaran como pastores. Deben comportarse como hermanos sencillos y pequeños entre los nuevos conversos, y deben ceder paso a todos. Ellos no deben reemplazar a nadie. Es por esto que el resultado del mover del Señor en Taipei ha sido de tanto éxito. Los nuevos creyentes en estas comunidades son animados a funcionar a lo sumo. Tienen sus propias reuniones en casa y ellos solos o alquilan un lugar o tienen un lugar en una casa donde todo el vecindario puede reunirse. Ellos hasta proveen su propia caja de ofrendas. No se les dice lo que deben hacer; lo hacen todo por su propia cuenta. Recientemente tuvimos la carga de comprar un terreno en Taipei. Cuando todos estos nuevos creyentes oyeron esto, comenzaron a dar para la compra de este terreno.
Debemos creer que todo creyente es viviente, porque tiene al Dios vivo, a Cristo, al Espíritu de vida en él. Debemos proporcionar a cada creyente la oportunidad de expresar su situación viviente como miembro viviente del Cuerpo de Cristo. En el cristianismo de hoy los miembros vivos son muertos y sus funciones anuladas.
(Manera ordenada por Dios de practicar la economÃa neotestamentaria, La, capítulo 3, por Witness Lee)