EL FACTOR DE SOPORTE Y FORTALEZA
PARA LA REUNION CRISTIANA
La manera de mantener la práctica de ser un espíritu con el Señor es invocar Su nombre sin cesar. No invoque al Señor solamente antes de una reunión, después de la reunión o en la reunión. Tiene que invocar: “Oh Señor Jesús” todo el tiempo. Esto le mantendrá siempre en el elemento del mezclar divino. Entonces, en todo lo que hace o dice, usted se comportará como una persona que es un espíritu con el Señor. No será simplemente una buena persona, una persona llena de buen carácter y moralidad ética. Será una persona llena de Dios. Dios será expresado y manifestado a través de usted.
El espíritu mezclado es un factor fuerte y básico de la reunión cristiana. ¿Quién viene a la reunión cristiana, usted o Dios? Debería ser que los dos, usted y Dios, vienen como un solo espíritu. Cuando venimos a la reunión con Dios, venimos como una persona maravillosa, un Dios-hombre. Cuando venimos nosotros, Dios viene; cuando Dios viene, venimos nosotros. No solamente venimos juntos, sino que nosotros y El venimos como un solo espíritu. Si cincuenta personas se reunieran de esta manera, esa reunión sería gloriosa.
A veces el factor fuerte del espíritu mezclado no se encuentra en la reunión. No hay nada del Ser divino como el propio elemento para sostener la reunión. Tener el factor del espíritu mezclado en nuestras reuniones requiere no solamente nuestro ejercicio en la reunión, sino también la práctica de ser un espíritu con el Señor en nuestra vida diaria para permitir que el Ser divino sature nuestro ser humano. Entonces entraremos en la reunión como un Dios-hombre. Es posible que usted haya venido a la reunión derrotado y aparte de Dios. Puede ser que haya pedido un himno durante la reunión, pero fue totalmente usted mismo que lo hizo, y no Dios. Cuando usted entra en la reunión, Dios debería entrar con usted. Cuando usted canta, Dios debería cantar.
El Espíritu residente dentro de nosotros debe tener la completa libertad para mover y actuar. Hemos tenido muchas experiencias en las cuales sentíamos al Espíritu residente moviéndose dentro de nosotros, pero con poca libertad. Le restringimos demasiado, y le limitamos. Como consecuencia, puede ser que tengamos al Dios Triuno en nuestro ser, pero no tenemos a la Trinidad divina saturándonos. Cuando venimos a la reunión, somos nosotros solos los que venimos a la reunión, y no Dios. Si hacemos algo en la reunión, somos nosotros solos que lo hacemos. La reunión no es sostenida por nuestra presencia.
Pero si somos personas que practican el ser un espíritu con el Señor, en la reunión seremos un elemento fuerte que la sostiene. Si tan sólo hay tres o cinco personas así en una reunión de cincuenta, esa reunión será muy fuerte porque en ella hay unos que son el elemento de soporte. No siempre necesitan hablar ellos o hacer algo. Aun si simplemente están allí sentados, la reunión será sostenida por su presencia. Muchas veces, cuando ciertos hermanos estuvieron ausentes, la reunión vino a ser débil, vacía y pobre. Cuando estos hermanos entran, su presencia trae la esencia fortificante del espíritu mezclado. No es adecuado simplemente aprender a establecer reuniones en las casas de los nuevos creyentes. Hay que tener su ser tratado. Su ser debe estar lleno del elemento divino y saturado con él. Cuando usted va como tal persona a las reuniones en casa, las sostendrá.
En el pasado reciente cierta denominación empezó la práctica de reunirse en grupos pequeños en muchas de las casas de los santos. Sin embargo, cuando se reunían, los asistentes sólo se quedaban sentados sin saber qué hacer. Aun el líder no sabía qué hacer. Realmente faltaba el elemento de soporte en la reunión. Si hay poco Cristo en nuestra vida diaria y si el Espíritu no está en nuestro propio ser saturándonos y haciéndonos un espíritu con la Trinidad divina, nuestras reuniones estarán vacías. A veces nuestras reuniones han estado así. Posiblemente se había fijado la hora de la reunión a las siete y media de la noche, pero cinco minutos más tarde, no había llegado más que una persona. Poco a poco los santos entraron uno por uno. La reunión fue amortecida y no había ningún elemento de soporte, es decir, ningún factor de Dios en el Espíritu. La nueva manera del Señor no es solamente establecer reuniones en las casas. Necesitamos que la Trinidad divina trate con nuestro yo, llenándonos y saturándonos.
(
Manera ordenada por Dios de practicar la economÃa neotestamentaria, La, capítulo 7, por Witness Lee)