CONOCER LA MANERA QUE NOS DIRIGE EL SEÑOR
Pregunta: ¿Cómo podemos conocer el camino del Señor? ¿Cómo sabemos cuál es el camino que Él ha dispuesto para nosotros?
Respuesta: La frase el camino del Señor tiene un significado muy amplio. Podemos entenderla literalmente sin saber realmente a qué se refiere. Podríamos compararla a la frase el enorme y vasto océano. La frase en sí misma es fácil de entender, pero es difícil saber a qué se refiere. Podemos decir que los caminos del Señor son aún más extensos que el enorme y vasto océano. En la Biblia el tema de los caminos del Señor es sumamente extenso. Por ejemplo, Romanos 11 dice: “¡Cuán [...] inescrutables Sus caminos!” (v. 33). Es imposible para el hombre medir y buscar los caminos de Dios. Por consiguiente, cuanto más sigamos al Señor, menos nos atreveremos a decir lo que significa conocer el camino del Señor. En un sentido más estricto, y que quizás nos resulte más fácil entender, conocer el camino del Señor en un asunto particular es conocer como nos dirige el Señor. Así pues, la frase el camino del Señor tiene un significado demasiado amplio, mientras que la frase como nos dirige el Señor nos comunica algo que todos podemos entender fácilmente. Conocer la dirección que nos da y la manera que nos guía el Señor es relativamente práctico.
Los asuntos espirituales son grandiosos, mientras que nosotros no. Por tanto, si alguien desea seguir al Señor, no debe decir: “Quiero tocar el camino del Señor” o “Quiero conocer el camino del Señor”. El camino del Señor es un gran asunto que no podemos tocar muy rápidamente, sino más bien, debemos acercarnos a ello poco a poco.
Es relativamente fácil conocer o entender cómo el Señor nos dirige o guía personalmente. Por ejemplo, si alguien desea ir a Kaohsiung, ¿qué camino debe tomar? El camino que debe tomar para ir a Kaohsiung lo irá descubriendo a medida que sigue los pasos que acostumbra a dar. Deberá ir allí paso a paso. Primero se pone de pie y luego sale de la casa. Después camina por la calle sin saber si debe ir hacia el sur o hacia el norte, y entonces pide direcciones a medida que avanza. Luego la gente le dice que la manera más segura para llegar a Kaohsiung es ir en tren. Entonces, va a la estación del ferrocarril, compra un boleto, espera el tren en la plataforma, y finalmente aborda el tren que lo lleva a Kaohsiung. Esto suena muy inconveniente, pero en realidad, todos los que seguimos al Señor debemos actuar de una manera práctica y concreta, no de una manera vaga y descuidada. A veces el Señor nos da cierto sentir y nos motiva a seguirlo. Si simplemente lo seguimos, todo estará bien; no obstante, muchas veces preferimos reflexionar sobre cómo podemos conocer y entender el camino del Señor. Es como si tratáramos de adelantarnos al Señor. Puesto que el Señor quiere que nosotros lo sigamos, no debemos tratar de adelantarnos a Él, procurando conocer Su camino de forma apresurada. Simplemente debemos seguirlo a Él.
(Puente y canal de Dios, El, capítulo 2, por Witness Lee)