LA AUTORIDAD DELEGADA EN LA IGLESIA
DEBE SER ESPIRITUAL
Pregunta: Si nos hemos consagrado en respuesta a algo que la iglesia ha dispuesto, ¿representan estas disposiciones la autoridad espiritual?
Respuesta: Debemos tratar este asunto desde otro ángulo. Para que usted se someta a lo que la iglesia ha dispuesto, la iglesia debe ser espiritual. Si la iglesia está en comunión con el Señor, será espiritual. Pero si la iglesia no es espiritual, lo que ella ha dispuesto obviamente podrá ponerse en duda. En condiciones normales, lo que la iglesia ha dispuesto debe ser la dirección del Espíritu Santo. Al mismo tiempo, la iglesia también debe seguir al Espíritu Santo en cualquiera de las diferentes maneras que Él guía. En otras palabras, lo que la iglesia ha dispuesto debe ser confirmado por lo que el Espíritu Santo esté haciendo en usted. Si usted acepta lo que la iglesia ha dispuesto, será beneficiado. Por otro lado, no debe preocuparse únicamente por lo que la iglesia disponga sin preguntarle antes al Señor cuál es Su voluntad. Delante del Señor usted debe tomar una decisión correcta y tener una comunión viva con Él. En esta comunión usted debe recibir un sentir de parte del Señor, y el Señor debe manifestarle Su decisión. Pero, a fin de evitar cometer algún error, lo mejor es que obtenga la confirmación de la iglesia.
Viendo esto desde otra perspectiva, siempre debemos aprender las lecciones espirituales. Aceptar la decisión de la iglesia es sin duda algo muy bueno; sin embargo, si su decisión personal no concuerda con el sentir de la iglesia, y aun así usted insiste en ello, eso indica que no ha aprendido la lección o, más específicamente, que no se ha sometido a la autoridad. Aceptar la dirección que la iglesia ha dado es someterse a la autoridad. Esto hará que usted aprenda una lección espiritual muy valiosa. Incluso si lo que la iglesia ha dispuesto es lo equivocado, mientras su intención sea someterse a la autoridad del Señor, aprenderá una lección valiosa. La única raíz de nuestros problemas espirituales es nuestro yo. Dios estableció Su autoridad en nosotros para que perdamos nuestro yo y no seamos nuestra propia autoridad. La autoridad espiritual tiene como propósito acabar con nuestro yo.
¿A qué se refiere el yo? ¿Cuál es la definición del yo? El yo se refiere principalmente a nuestras opiniones. En Mateo 16 se nos revela que el yo tiene que ver principalmente con nuestras opiniones. El Señor dice que nosotros no ponemos la mente en las cosas de Dios sino en las de los hombres (v. 23), y después de esto añade: “Si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo” (v. 24). Esto muestra que el yo se encuentra presente siempre que expresamos nuestras opiniones, puesto que no poner la mente en las cosas de Dios sino en las de los hombres equivale a expresarnos a nosotros mismos por medio de las opiniones que proceden de nuestra mente.
A fin de que usted pueda avanzar espiritualmente, hay una autoridad en su interior que hace que pierda sus opiniones, que hace que su yo sea quebrantado. Lo que la iglesia dispone para usted puede no ser lo correcto, pero la autoridad sí es correcta.
Cuanto más incorrecta sea la decisión de la iglesia, más quebrantado será su yo. Por lo general, ninguno de nosotros tiene ningún problema en someterse a lo que una persona espiritual ha dispuesto. Pero cuando alguien que no es espiritual toma las decisiones, se nos hace imposible someternos; de inmediato surge nuestro yo. No obstante, si somos capaces de someternos, incluso si se ha dispuesto algo de manera equivocada, nuestro yo será severamente quebrantado.
Pregunta: A veces el sentir que tenemos no es muy claro. ¿Está mal que recibamos nuestra confirmación de las circunstancias o de la iglesia?
Respuesta: Algunas personas ven con mucha claridad lo que está bien y lo que está mal. Tal parece que el sentir que tienen en su interior y la dirección que reciben en su entorno les dice que “sí”; es decir, ambos prácticamente concuerdan. Para algunos el “sí” puede ser muy claro, pero para otros el “sí” puede ser muy brumoso. Sin embargo, el resultado final debe ser el mismo. Cuando uno no tiene claridad, está bien guiarse por el entorno o por la iglesia. Hay personas que no tienen claridad en nada y, debido a ello, toman su decisión únicamente basados en lo que les dice el entorno o la iglesia. Si ustedes me preguntaran qué es mejor, les diría que cualquiera de estos dos casos es bueno. Ya sea que usted tenga claridad o no, debe permitir que las circunstancias y la iglesia sean los que determinen lo que debe hacer.
Por otra parte, el hecho de que no tenga claridad muestra que usted no es lo suficientemente fuerte en el Señor; es por ello que no sabe o no entiende. En estas circunstancias, no tiene otra alternativa que dejarse guiar totalmente por la iglesia o las circunstancias. Por supuesto, esto es lo que uno debe hacer, pero si consideramos esto desde la perspectiva de su condición espiritual, no es muy bueno. Siempre debemos aprender a permanecer más en el Señor.
(
Puente y canal de Dios, El, capítulo 4, por Witness Lee)