SERVIR AL SEÑOR ES NUESTRO VIVIR
Todos los hermanos y hermanas que asistieron al reciente entrenamiento, independientemente de si asistieron a las clases de manera formal o simplemente como oyentes, delante del Señor, deben tener el anhelo ferviente de estar dispuestos a seguir el camino de servir al Señor y de andar en este camino por el resto de sus vidas. Eso no significa que de ahora en adelante deban convertirse en oradores que ministran la palabra a tiempo completo. Lo que realmente significa es que deben servir al Señor en la iglesia. Esto difiere de llegar a ser un predicador como los del cristianismo. Éstos son dos asuntos completamente diferentes.
Ser un predicador en el cristianismo se ha convertido en una especie de profesión. Sin embargo, servir al Señor es el vivir propio de un cristiano, no es una profesión. Si el Señor dispone nuestras circunstancias de modo que tengamos los medios suficientes para vivir sin necesidad de adquirir más cosas materiales para nuestro disfrute, debemos emplear toda nuestra fuerza, esfuerzo, tiempo y energía en asuntos relacionados a la propagación del evangelio del Señor y la edificación de la iglesia. Esta clase de vivir es una vida de servicio al Señor. Pero aun si el Señor no nos provee para nuestra comida, vestido, techo y transporte, y por tanto, tenemos que emplear nuestro tiempo, energía y fuerza para ganar dinero para nuestro sustento, nuestro vivir aún debe ser para el evangelio del Señor y la iglesia. Por consiguiente, independientemente de cuál sea nuestro trabajo, conducta y existencia, ésta debe tener como objetivo nuestro servicio al Señor. Éste es el vivir apropiado de un cristiano.
En cuanto a si debemos tener un trabajo, cuánto debemos trabajar o qué clase de trabajo debemos tener, debemos seguir la dirección del Señor en nuestro entorno. No es necesario que luchemos y nos esforcemos al respecto. Cualquiera que sea nuestro trabajo, no debe afectar nuestro servicio al Señor. Espero que todos los hermanos y hermanas que empezaron a asistir al reciente entrenamiento, tengan esta clase de visión y esta clase de vivir.
(Puente y canal de Dios, El, capítulo 8, por Witness Lee)