Q. EL ESPÍRITU DE GLORIA Y DE DIOS
En 1 Pedro 4:14 se nos dice: “Si sois vituperados en el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el Espíritu de gloria, que es el de Dios, reposa sobre vosotros”. Literalmente, el griego dice: “El Espíritu de gloria y de Dios”. El Espíritu de gloria es el Espíritu de Dios. El Espíritu de gloria es Aquel mediante el cual Cristo fue glorificado en Su resurrección (Ro. 1:4). Este mismo Espíritu de gloria, por ser el Espíritu de Dios mismo, reposa sobre los creyentes que sufren al ser perseguidos, para la glorificación del Cristo resucitado y exaltado, quien ahora está en gloria. Tal Espíritu es el Espíritu de Dios expresado a través de los creyentes que padecen sufrimientos y es el Espíritu del Dios experimentado por estos creyentes que sufren. El Espíritu de gloria ciertamente estaba sobre Esteban cuando él moría como mártir (Hch. 6:15; 7:55). Según 1 Pedro, el Espíritu de Cristo está en nosotros (1:11), y el Espíritu de gloria reposa sobre nosotros. El Espíritu de Cristo está en nosotros a fin de revelarnos todo lo que Cristo es para nuestro disfrute. El Espíritu de gloria reposa sobre nosotros para glorificar a Dios. Un aspecto de este maravilloso Espíritu es que el Espíritu está en nosotros para revelarnos a Cristo, y otro aspecto de este mismo Espíritu es que Él también es el Espíritu de gloria que reposa sobre nosotros para expresar a Dios. Cuanto más sufrimos y somos perseguidos por causa del Señor, más gloria reposará sobre nosotros. Esto es verdaderamente una bendición. Por tanto, debemos regocijarnos cuando somos vituperados por causa del nombre de Cristo, debido a que entonces el Espíritu de gloria, que es el de Dios, reposa sobre nosotros. Este Espíritu de gloria es el Espíritu que mora en nosotros, el Espíritu de Cristo y el Espíritu de gracia, el cual llega a ser la gloria que resplandece sobre los creyentes perseguidos.
(Conclusión del Nuevo Testamento, La (Mensajes 079-098), capítulo 2, por Witness Lee)