Conclusión del Nuevo Testamento, La (Mensajes 079-098), por Witness Lee

I. LAS PRIMICIAS

Romanos 8:23 se refiere a las primicias del Espíritu. Estas primicias no son los primeros frutos producidos por el Espíritu. Las primicias del Espíritu son simplemente el Espíritu mismo como primicias de la cosecha venidera respecto a todo lo que Dios es para nosotros. En la actualidad disfrutamos al Espíritu como anticipo de la plena bendición que vendrá. El Espíritu es un anticipo de Dios mismo para nuestro disfrute. Por tanto, tener las primicias del Espíritu es disfrutar al Espíritu como primicias.

Las primicias del Espíritu son para nuestro disfrute; son un anticipo de la cosecha venidera. Estas primicias son el Espíritu Santo en calidad de muestra del pleno sabor de Dios como disfrute de todo lo que Dios es para nosotros. Dios representa tanto para nosotros. El pleno sabor vendrá el día de gloria; no obstante, antes de que tengamos el pleno sabor, Dios nos ha dado un anticipo en la actualidad. Este anticipo es el Espíritu divino como primicias de la cosecha, en la cual disfrutaremos plenamente todo lo que Él es para nosotros.

El Dios Triuno —el Padre, el Hijo y el Espíritu— se nos dio para nuestro disfrute. A la postre, entraremos en el pleno disfrute del Dios Triuno. Para el presente, Dios nos ha dado el don del Espíritu como primicias a manera de primera degustación lo que constituirá nuestra herencia divina, la cual es el Dios Triuno. Esta primera degustación es la garantía de que tendremos el pleno sabor.

(Conclusión del Nuevo Testamento, La (Mensajes 079-098), capítulo 4, por Witness Lee)